Las previsiones eran de que agosto no iba a ser un buen mes. Tradicionalmente no lo es, sobre todo en las ciudades, porque la mayoría de los ciudadanos se marchan de vacaciones. Este año todos los problemas que se arrastraban han agravado el problema. La situación de la construcción empieza a repercutir en el resto de sectores.

No se puede engañar a nadie. En junio y julio creció la demanda de la mano de las rebajas. Pero la realidad es otra. Incluso El Corte Inglés ha reconocido una caída en sus ventas. El consumidor tiene el mismo dinero que antes, pero los precios han crecido. Ahora se mantiene a la expectativa, no consume, cae la demanda y, por tanto, bajan los ingresos del sector. No solo del comercio, también del ocio, la restauración, el turismo... Todo es una cadena.

En esta situación hay muchas empresas que no pueden resistir, que no son rentables. En ese caso, o cierras o recortas gastos (prescindes de trabajadores). Por eso no es extraño que la cifra de parados haya crecido tanto. Ahora hay que ver qué ocurre hasta final de año, pero si agosto ha sido malo, septiembre puede ser peor.

* Presidente de la Confederación Extremeña del Comercio.