Parque infantil y pista polideportiva para el recreo de los alumnos. Depósito de agua y fosa séptica para mejorar las condiciones higiénicas del centro. Caseta de guarda y cerramiento perimetral para aumentar el nivel de seguridad. Estos son los recursos con que cuenta el colegio de Jafari, en el distrito de Muqur, en Afganistán, gracias a la actuación del Ejército español y la colaboración de Caja Extremadura.

Así se traduce en la práctica el convenio que el presidente de la entidad extremeña, Jesús Medina, firmó en julio del 2007 con el Jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Villar Turrao. En base al mismo, Caja Extremadura se comprometió a aportar 30.000 euros para el desarrollo de acciones de cooperación en Afganistán, en la zona en la que están desplegadas las tropas españolas.

En base a este acuerdo, la Unidad de Enlace Cívico Militar del Equipo de Reconstrucción Provincial de Bahdis ha llevado a cabo una serie de actuaciones en el colegio de Jafari, construido hace seis años por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid). Al mismo, según detalla la memoria del proyecto, asisten niños de dos pueblos cercanos (Sang Atesh y Timori) e hijos de refugiados asentados en la zona.

Características del centro

Los escolares tienen entre 7 y 16 años y son todos niños, ya que las chicas no asisten --según el documento del Ejército-- "por estar el colegio a más de un kilómetro del pueblo más cercano, lo que implica en esta región un problema de seguridad solo para las niñas, por lo que reciben clase en el mismo pueblo". Además, añade que en la zona "existen pocos colegios mixtos" porque sus habitantes no ven "con buenos ojos la convivencia, no ya en las aulas, sino en el mismo centro de chicos y chicas de determinada edad".

Los estudiantes están supervisados por 11 profesores, que cobran un sueldo de 3.000 afganis (60 dólares). El centro dispone de 15 aulas, pero solo ocho funcionan en la actualidad. Sus responsables, explica el Ejército español, comentan no recibir ayuda de su Gobierno y el mantenimiento del colegio se hace gracias a la colaboración de las oenegés. También recoge que el colegio cuenta con instalación eléctrica, pero no tiene generador.

Ante esta situación, las Fuerzas Armadas han invertido los fondos cedidos por Caja Extremadura en llevar a cabo varias mejoras en el centro. Entre ellas destaca la construcción de un parque y una pista para la práctica de fútbol sala y voleibol, deporte este último --destaca la memoria-- "con mucho arraigo en la población de la provincia".

Asimismo, los soldados españoles han edificado un muro de seguridad para el centro y una caseta para el guarda que lo vigila durante todo el día y que le será muy útil teniendo en cuenta que debe soportar temperaturas que varían desde los 45 o 50 grados del verano hasta los 20 negativos de invierno. También han construido un depósito de agua y una fosa séptica, puesto que antes las aguas fecales se vertían sin ninguna medida higiénica.

El coronel comandante del Centro de Instrucción y Movilización (Cimov) de Cáceres destacó en una nota de prensa remitida a EL PERIODICO que "con apoyos como el prestado por Caja Extremadura, y que desde el Ejército se agradece muy sinceramente, los soldados españoles desarrollan su trabajo y la misión que el Gobierno y el Parlamento les han encomendado".