Es el mayor proyecto industrial que ha planeado sobre Extremadura en los últimos años. Una compañía de Emiratos Árabes está estudiando la apertura de una planta de producción de azúcar de remolacha en el parque empresarial Expacio Mérida, situado en las inmediaciones de la capital autonómica, donde ocuparía 59,3 hectáreas de las 207 totales. La factoría llevaría aparejada una inversión cercana a los 400 millones de euros y generaría 200 puestos de trabajo directos a los que habría que sumar el empleo indirecto creado en la agricultura y el sector del transporte.

Equipada con la tecnología y los procesos energéticos más eficientes del mundo, la planta tendría capacidad para transformar 5,4 millones de toneladas de remolacha al año con las que se producirían unas 800.000 toneladas de azúcar blanca. De azúcar moreno podría procesar unas 900.000 toneladas al año con las que se obtendrían 882.000 de esa variedad. La idea de los promotores es que al menos tres cuartas partes de la remolacha necesaria para abastecer la industria se produzca en tierras extremeñas, mientras que el resto llegaría por tren de Aragón para su transformación en la región.

El proyecto está promovido por la empresaria dubaití Hassa Jamal Al-Ghurair, hija de Jamal Majid Al-Ghurair, fundador y director general de Al-Khaleej Sugar, la mayor fábrica de azúcar del mundo, que está ubicada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) y produce cada año más de 1,5 millones de toneladas de azúcar, exportando el 80% de su producción a 48 países. Al-Khaleej Sugar tiene interés en expandir su negocio a Europa y maneja dos posibles ubicaciones: Reino Unido y España. Según ha podido saber este diario, en el territorio nacional han estudiado varios enclaves y finalmente han optado por la capital extremeña por tres razones: dispone de suficiente electricidad, red de gas natural y tierras de regadío cercanas para el cultivo de la remolacha.

Además, el parque industrial Expacio-Mérida tiene una ubicación estratégica junto a la autovía A-66 (que conecta el norte y el sur peninsular) y dispone de conexión ferroviaria, lo que facilitaría el transporte de la mercancía. Y es que con ese volumen de transformación, se estima que serían unos mil camiones diarios los que entrarían y saldrían de la fábrica en temporada de alta producción (seis meses al año) y unos 500 fuera de campaña.

Sin embargo, que al Al-Khaleej Sugar instale su fábrica europea en Mérida o Reino Unido dependerá de la agilidad con la que se resuelvan los trámites burocráticos, y la región ya está haciendo los deberes en ese sentido. Se calcula que en Reino Unido pueden tardar los permisos burocráticos del orden de 2 años, mientras que en Extremadura sería solo uno. Además, en la Junta de Extremadura se ha tomado este proyecto con especial atención en cuanto a celeridad.

Que Al-Khaleej Sugar haya reparado en Extremadura no es casualidad. El propietario del matadero de Olivenza, Ahmad Al-Kathib, un empresario español de origen jordano, ha hecho las labores de mediador y ha situado el foco en nuestra Comunidad.

La tramitación de los permisos ambientales no será complicada, pues Expacio Mérida ya cuenta con su propia declaración de impacto ambiental (DIA) y por tanto en este ámbito solo será necesaria la autorización ambiental integrada (AAI) y el estudio de impacto ambiental. Se trata de dos trámites que ha de resolver la Junta y ayer mismo se publicó en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) el anuncio por el que se someten a información pública para recibir alegaciones.

DEMANDA NACIONAL

Otro hándicap para que la compañía se decante por instalarse en la región es la demanda nacional de azúcar, pues España importa anualmente 1,3 millones de toneladas de otros países. Esta nueva planta en tierras extremeñas, por tanto, permitiría sustituir parte de esas importaciones por producto nacional toda vez que en el país solo hay tres azucareras ubicadas en Castilla y León y Castilla La Mancha que producen unas 500.000 toneladas al año.

El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, se mostró ayer «ilusionado» por la posible llegada de esta industria a la ciudad, aunque también «muy prudente» porque el mismo proyecto se está tramitando en Reino Unido. Rodríguez Osuna destacó y agradeció el trabajo que desde «hace muchos meses» viene realizando el ayuntamiento emeritense, en contacto permanente con la empresa, y señaló que si se quiere ser atractivo para un proyecto de este tipo se tiene que competir en las mismas condiciones que el resto de países de la UE.

«Siempre hemos dicho que hay que favorecer que las empresas vinieran y mejorar los condicionantes, favorecerles en la tramitación, agilidad y condiciones y, al menos, tendremos que llegar a las mismas condiciones», dijo.