Los pacenses dijeron adiós al Carnaval en la barriada de San Roque, donde miles de personas se congregaron ayer para celebrar el último día de fiesta con un desfile de comparsas y el Entierro de la Sardina. Desde primeras horas de la mañana empezaron a llegar a los bares de esta populosa barriada los primeros grupos de carnavaleros procedentes del centro de la ciudad, que buscaban reponer fuerzas para continuar la marcha. A las 8,30 de la mañana se repartieron en la sede de la asociación de vecinos café con migas y perrunillas con aguardiente.

A media mañana no cabía un alfiler en la avenida Ricardo Carapeto, donde el público se agolpaba para ver el desfile de comparsas, participaron 17 y tres artefactos, que acompañaron al cortejo fúnebre de la sardina, en el que, como cada año, no faltaron las plañideras. Este año la que más lágrimas derramó fue Paqui Bernal, que recibió el premio a la Mejor Llorona, que por primera vez concede la asociación de vecinos.

El desfile fue este año un poco más largo ya que partió del tramo de la carretera de la Corte comprendido entre la iglesia de la Santísima Trinidad y la confluencia de la carretera de Sevilla, y concluyó en la plaza de Pablo Parejo, donde se instaló el escenario móvil cedido por la Junta de Extremadura, que en ediciones anteriores se ubicó en Ricardo Carapeto.

En este escenario, sobre las dos de la tarde, el jurado dio a conocer el resultado del concurso del desfile, que ganó, al igual que en el concurso del domingo, la comparsa Caribe. Después la gente se agolpó en las barras instaladas en la zona para degustar las sardinas asadas y otros productos de la tierra hasta bien entrada la tarde. La asociación de vecinos repartió cerca de 500 kilos de sardinas y unas 40 arrobas de vino. El presidente de la asociación, Ramón Olivenza, se mostró satisfecho con la respuesta de los pacenses, que acudieron, como cada año, masivamente a San Roque.

La fiesta transcurrió sin incidentes importantes, según la Policía Local. Sólo hubo que intervenir por alguna pelea o altercado ocasionado por el abuso de la bebida.

La clausura oficial del Carnaval se celebró a las siete de la tarde en el templete de San Francisco con la entrega de premios de los concursos a las comparsas y las murgas.