La salida, el recorrido y el regreso de la Virgen de la Soledad a su ermita, en la plazoleta del mismo nombre, fue, como ocurre desde hace años, apoteósica. Desde la época en que el Marqués de Porrina o Porrina de Badajoz cantaba a la patrona de la ciudad desde alguno de los balcones de la Giralda, no falta quien le cante algunas de las mejores saetas de la Semana Santa pacense desde cualquier otro balcón o desde la misma calle.

Si la tradición de la Semana Santa en Badajoz, como parece que ocurre en otros lugares de España, trasciende el rito y la costumbre para darle también un sentido cultural y en buena medida profano también, esto se pone de manifiesto en la procesión de la Soledad, a la que le cuesta más de una hora salir de la iglesia y encauzar los primeros metros de su itinerario, y no se sabe cuánto para el mismo tramo en sentido inverso. En ocasiones la entrada se convierte en un auténtico concierto o recital de saetas.

La procesión de la patrona salió a la hora prevista con tres pasos: Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, conocido vulgarmente por El Amarrao; el del Santísimo Cristo Ecce-Homo y el de Nuestra Señora de la Soledad. La primera imagen es una talla del círculo de Jerónimo Hernández del siglo XVI; las otras dos son anónimas del XVII, y la tercera, además, de la escuela italiana.

El público abarrotó cada calle del itinerario por el que pasó el desfile procesional, cuyos pasos llevaban tres grupos de costaleros comandados por los capataces Francisco Javier Peinado y Domingo Montaño.

Asimismo, la madrugada anterior salió el procesión el Cristo del Prendimiento por el casco antiguo, que de madrugada resulta estremecedor, sobre todo al pasar por la plaza Alta y sus aledaños. Además, al cierre de esta edición estaba prevista la salida de la Procesión del Silencia, el Santísimo Cristo de la Paz. Quizás la más celebrada por los trasnochadores y los amantes de la emoción al verla pasar por los jardines de San Roque. Sobrecoge el silencio sólo roto por cadenas y un monótono toque de tambor espaciado en minutos.