Como de «grave peligro» ha definido Unesid, la patronal siderúrgica española, la situación que afronta este sector a causa de la decisión de EEUU de imponer un arancel del 25% sobre las importaciones de acero provenientes de Europa, Canadá y México. Una amenaza que tiene una doble vertiente. Primero, por las consecuencias inmediatas que causará la clausura del mercado norteamericano para las exportaciones que actualmente ya se están realizando desde España. Segundo, y más importante, porque la siderurgia española —igual que la del resto de Europa— previsiblemente tendrá que hacer frente a la llegada masiva de producción procedente de fuera de la Unión Europea, al quedar esta como el único mercado libre y abierto con arancel cero para ellos.

«Es de forma indirecta donde más nos puede afectar. Existe el riesgo de que se produzca en la UE una avalancha de importaciones procedentes de países terceros como consecuencia del cierre del mercado estadounidense, lo que generará una nueva crisis de precios a la baja que situará a parte de la industria europea en una situación complicada», confirman fuentes del Grupo Gallardo Balboa, la principal compañía industrial extremeña, con una facturación anual de 650 millones de euros y una plantilla de 1.100 empleados.

EEUU no está entre sus principales mercados exteriores, ya que en los últimos ejercicios hasta este país ha ido a parar solo «entre un 1% y un 2%» del volumen total de sus exportaciones. Esta es la parte de la actividad del grupo extremeño que ahora se verá afectada de forma más evidente. Pero esa pérdida de mercado, se incide desde Gallardo Balboa, no es el principal motivo de preocupación: «En torno al 70% o el 80% de nuestra producción se vende en los mercados europeos, África y Asia. Si estos países no pueden vender en EEUU por los aranceles, entrarán en nuestros mercados, sobre todo en el europeo, que es un mercado más abierto y lo harán a precios de derribo», se pronostica.

Unos precios con los que las industrias nacionales no pueden competir, ya que los costes que afrontan (de materia prima, mano de obra o energía, entre otros) «son mucho más elevados». En esta línea, desde la patronal europea Eurofer se estima que hasta 13 millones de toneladas adicionales pueden acabar llegando a Europa, lo que, augura, tendría un efecto «devastador».

TRAS UN BUEN AÑO / La decisión proteccionista del Gobierno de Trump llega después de un ejercicio, el del 2017, en el que la producción de acero bruto en España fue de 14,4 millones de toneladas, un 5,7% superior a la del año anterior, cerrando, «por fin, un año positivo en el que la recuperación del mercado español fue de la mano de un entorno internacional favorable y un ciclo ascendente de las materias primas», resaltó en marzo Andrés Barceló, director general de Unesid, cuando se presentó este balance. Pero solo unas semanas después, conocidas las intenciones del Ejecutivo de EEUU, este colectivo ya aseguraba que se había comenzado a percibir en el mercado europeo «un aumento espectacular de las importaciones procedentes de países terceros», que era «particularmente relevante en algunos productos largos, como el corrugado».

Tanto la patronal española como la europea subrayan que el verdadero problema es la sobrecapacidad del sector siderúrgico que ha venido motivada, especialmente, por la proliferación de acerías en China. No obstante, los países que más preocupación generan en estos momentos en España son Turquía, Rusia, Corea del Sur, India y Brasil, una vez que las exportaciones chinas a EEUU ya han sido frenadas con medidas tradicionales de defensa comercial.

Las exportaciones españolas de productos siderúrgicos a Estados Unidos ascendieron el año pasado a 337.000 toneladas, con un importe de unos 326 millones de euros, mientras que las importaciones fueron de 21.000 toneladas, por valor de 53 millones. En el conjunto de la UE, los envíos sumaron 5 millones de toneladas, mientras que las compras fueron de 340.000 toneladas (con un valor de 5.998 millones y 1.188 millones de euros, respectivamente). Según las estadísticas del Ministerio de Economía, desde Extremadura se han exportado algo más de 5,7 millones de euros en hierro y acero entre el 2015 y el primer trimestre del 2018.

Los aranceles, impuestos por la administración norteamericana desde este mes, afectan también a las compras al exterior de aluminio, aunque con un tipo impositivo menor (10%). De este metal y sus manufacturas se ha exportado hasta allí con origen en la región por valor de casi 2,8 millones del 2015 al 2018.

En este caso, desde Grupo López Bolaños (Cristales y Persianas Lopez, Alumasa y Expalum), que centra su actividad en este tipo de productos, se indica que el volumen que comercializa en EEUU en relación al total de sus exportaciones es escaso —esta firma está presente en más de cincuenta países—, por lo que la medida «no nos afecta prácticamente. Exportamos principalmente a Europa».