No es la primera vez que las autoridades encuentran droga camuflada entre plátanos. Hace apenas un mes y medio, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera del puerto de Tarragona intervinieron 140 kilogramos de cocaína en un contenedor de bananas procedente de Ecuador. A mediados de diciembre fue la Policía Nacional la que interceptó 228 kilos de esta misma droga ocultos en un cargamento de plátanos en el puerto de Sagunto. El origen del barco era el mismo, Ecuador, aunque detrás de todo estaba una red hispanocolombiana encargada de su traslado y tráfico en España.

Y es que los narcotraficantes cada vez recurren a formas más inusuales para tratar de introducir este tipo de sustancias ilegales en Europa: dentro de tubos de PVC, en dobles fondos de maletas, en botellas de vino y muletas, en botellas de butano y figuras de Papa Noel, en la ropa interior e incluso dentro del hueso de las ciruelas. Hace unos días, por ejemplo, la Guardia Civil y la Policía Nacional se incautaron en Vitoria de 2.000 kilos de cocaína camuflada en los palés de una partida de flores procedente de Colombia. Otros, como ocurrió en una operación en Almendralejo en noviembre, optan por introducirla en su propio organismo, bien vía oral o a través del ano --441 cápsulas de 10 gramos de hachís cada una fueron decomisadas a 4 personas en esta localidad extremeña--.

Solo en la provincia de Cáceres, la cantidad de droga incautada por la Guardia Civil se ha triplicado durante el último año.