Fue un día largo y lleno de incertidumbre, con claros de sol y espesas nubes que aumentaban el nerviosismo de los cofrades. Pero las puertas se abrieron al anochecer y los tres pasos de la cofradía salieron por fin de la concatedral.

La hermandad se fundó en 1951 por excombatientes y mutilados, y aún hoy el Cimov escolta las imágenes con sus gastadores. Abriendo el cortejo, el Cristo de las Batallas sobre una alfombra de más de 3.000 claveles amarillos y centros de iris morados. Detrás, el Cristo del Refugio , un crucificado anónimo (XVIII) de gran realismo; y por último, María Santísima de los Dolores , imagen del XVIII que destaca por su belleza y sencillez castellana, y que ayer dejaba un agradable olor a alelíes y rosas. Como novedad, la cofradía ha aligerado las andas de sus dos primeros pasos (hasta 40 kilos menos en su imagen titular) y ha estrenado un nuevo estandarte bordado en Sevilla.