Si el progreso, el bienestar, el nivel de renta se pueden medir también en lo que los ciudadanos desprecian, en términos de basura per cápita puede decirse que Extremadura avanza --a buen paso además-- aunque todavía está a la cola de España.

Así, según los últimos datos de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, cada extremeño generó el año pasado un 40% más de residuos que hace una década. Si en 1995 se recogían por ciudadano en la región 321 kilos de basura anuales, ahora el indicador está en 442 kilos. Claro que aún estamos lejos de la convergencia.

Los datos del INE, cerrados en el 2002, apuntan que los extremeños tiran anualmente 110 kilos de basura menos que la media española, en un ránking que encabezan baleares, andaluces y aragoneses.

En total, el pasado año los antiguos vertederos --ahora ecoparques-- recibieron casi 480.000 toneladas de basura, 40.000 más que hace cinco años, lo que da que pensar en cuanto a la posibilidad de que los residuos terminen convirtiéndose en un serio problema, y haya que pensar en usos ahora descartados, como la generación de energía.

Poco reciclaje

Lo que continúa siendo una asignatura pendiente es el reciclaje. De este modo, la recogida selectiva apenas logra retirar de los vertederos 35.000 toneladas de desperdicios que podrían ser reutilizados. De este total, en torno a 20.000 toneladas son de papel y cartón, otras 6.000 de vidrio, 4.000 de envases y otras tantas de latas.

El resto apenas tiene representación. Posteriormente, y ya en el vertedero, se separa dentro de lo posible la materia orgánica, para fabricar compost, que luego se usará como abono, pero que apenas supone 13.000 toneladas por año.

De este modo, quedan en torno a 420.000 toneladas de residuos que no tienen otra salida que su depósito en los ecoparques, donde van formando las montañas que miden el índice de bienestar, sin otra utilidad que servir de alimento a las cigüeñas.

Residuos peligrosos

Otro indicador --igual o más sucio-- del progreso económico, lo constituyen los residuos peligrosos, ya que estos suelen provenir de las actividades industriales.

Este baremo arroja resultados aún más espectaculares en la región. Así, en el 2003 --último del que ofrece datos la consejería-- se generaron en Extremadura 19.000 toneladas de estas basuras. Sólo un lustro antes, el volumen de residuos rozaba las 3.600 toneladas, es decir, cinco veces menos.

Más de la mitad de estos desperdicios tóxicos provienen de los procesos térmicos, mientras que 3.500 toneladas se deben a los aceites y combustibles. Hospitales, industria fotográfica, tratamiento químico de materiales y material de limpieza también tienen aportaciones importantes a este apartado, cuya manipulación, recogida y tratamiento está en manos de empresas autorizadas.