Faltaban dos horas para que acabase la jornada lectiva en el instituto Bioclimático de Badajoz y ya no quedaba ni un solo alumno en las instalaciones. Los estudiantes se marcharon ayer a las 12.30 del mediodía porque el equipo directivo del centro decidió reducir la jornada escolar debido a las altas temperaturas que se soportan en las aulas.

Según manifestó ayer a este diario la directora, Yolanda Sánchez, la medida contaba con el apoyo unánime de la asociación de padres. Los alumnos que hubieran querido permanecer en el instituto porque tuvieran problemas para regresar a sus domicilios, podrían haberlo hecho porque los profesores se quedaron. La previsión era que esta reducción de horario se mantuviese hasta mañana viernes, pero a media mañana, a través de Rayuela, la dirección informó a los padres de que, «lamentablemente» había que volver a la jornada «oficial», hasta las 14.25 horas. «Con este horario provisional hemos pretendido el bienestar y la seguridad de sus hijos aplicando el Real Decreto 486/1997 por el que se establecen las disposiciones de seguridad y salud», por lo que «sentimos tener que revertir la situación y pedimos disculpas en caso de haber desorganizado sus rutinas familiares». El motivo era que habían recibido un escrito de la Inspección instando a «restaurar la organización previa existente a la mayor brevedad posible hasta que reciba autorización expresa de la Delegación de Educación». Yolanda Sánchez explicó que la medida adoptada era extraordinaria debido a la ola de calor «por las características especiales de nuestro centro», donde las temperaturas que se soportan en su interior son superiores porque está mal orientado y los muros son muy finos. «En la planta de arriba no se puede respirar, las lipotimias son continuas, el viernes vino el 112 y se llevó a un alumno», contó. De ahí la decisión de que los niños no fuesen a clase las dos últimas horas «que son las peores». Pero a partir de hoy, los alumnos volverán al horario habitual a pesar de que ni padres ni estudiantes son partidarios. La directora pidió ayer que la consejería marque un norma para que cada centro pueda tomar decisiones en función de sus condiciones.