Vinos exclusivos para gente exclusiva , reza en la página web de Bodegas Ortiz de Almendralejo cuando accedes a ella. Sin embargo, esta industria ha perdido esa exclusividad tras dictar el juez de lo Mercantil de Badajoz su liquidación. Es la primera gran bodeguera extremeña que no puede superar la crisis que atraviesa el sector y su propiedad ha pasado a manos de los acreedores.

La sociedad almendralejense llevaba un año en suspensión de pagos, a pesar de que sus ventas habían aumentado un 20% en los últimos meses, según reconocía su gerente, José Ortiz, que representa la tercera generación de una bodega con 70 años de historia.

El pasado lunes la bodega echó el cierre , toda vez que los acreedores no aceptaron la quita propuesta por la empresa para saldar su deuda, que ronda los tres millones de euros, según reconoció a este diario el responsable de la empresa hace unos meses. A partir de ahora, y según el auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Badajoz publicado en del BOE el pasado 7 de abril, Bodegas Ortiz, S. L. pasa a la fase de liquidación. El juez también resuelve suspender de sus facultades y cesar en sus funciones a los actuales administradores y disuelve la sociedad. La gestión la asumirá la administración concursal.

DEUDA MILLONARIA Según ha podido saber este diario, el principal acreedor es Caja Rural de Extremadura, aunque Bodegas Ortiz también tiene contraída una importante deuda con Caixa Geral de Depósitos.

La bodega almendralejense estuvo funcionando hasta el pasado lunes, cuando fueron despedidos los últimos trabajadores, a los que se les ha indemnizado con 20 días por año trabajado. En la bodega solo está trabajando ya un enólogo, pues en el interior de la misma se almacenan millones de litros de vino sin embotellar que es necesario controlar y tratar cada tres días para evitar su deterioro.

Al margen del edificio de la bodega, los acreedores dispondrán para su venta de unas 50.000 botellas de las dos principales marcas que Ortiz comercializa: Señorío de Orán y Castillo de Feria .

En una entrevista concedida por José Ortiz a este diario hace menos de un año, éste se quejaba de que con la crisis financiera, los bancos no renovaban ya las pólizas de los préstamos, si bien era optimista de cara al futuro (la producción era de 400.000 botellas anuales) y no se podía imaginar que en tan pocos meses haya perdido una propiedad que había logrado sobrevivir desde 1940.