El subdelegado del Gobierno en Cáceres, José Carlos Bote, dice que «no está claro» que las inundaciones de marzo en las inmediaciones del río Tiétar sean «consecuencia directa» del desembalse de Rosarito. Bote explicó ayer que investiga la hipotética responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) en los daños causados en el campo por las inundaciones, que la organización profesional agraria Asaja Extremadura achaca a la «falta de previsión» al abrirse «tarde» ese embalse, y que pretende denunciar ante Europa.

El delegado señaló que en el Tiétar vierten 18 gargantas en esa zona de la Vera y que, aunque se investigan los hechos, no esta claro que sean exclusivamente imputables al desembalse hecho por la CHT. Y agregó que lluvias torrenciales caídas en un breve espacio de tiempo influyeron y «no sólo» la apertura del Rosarito, lo que «no niega» la CHT.