La Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha decidido suspender de forma "inmediata" el movimiento en vivo de ganado ovino, caprino y vacuno "en toda la región" con el objetivo de evitar la propagación del brote de lengua azul que se ha detectado en la provincia de Cádiz. La restricción afecta a todas las ferias y mercados de la región.

Se trata de una enfermedad viral que se transmite mediante un mosquito. No causa la mortandad del animal ni tampoco es transmisible al ser humano, según han subrayado fuentes del sector ganadero a este periódico. No consta que se haya detectado algún animal enfermo en la región, como sí ha sucedido en Andalucía y Castilla y León, pero no hay que descartarlo tampoco.

El consejero de Agricultura, José Luis Quintana, comparecerá hoy para explicar la situación, se reunirá con el sector y ha solicitado de forma urgente ir a la Asamblea de Extremadura para dar explicaciones. La Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha activado toda la red de vigilancia de la sanidad animal y está llevando a cabo "múltiples controles y muestreos".

El secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores-Unión de Campesinos Extremeños (UPA-UCE) quisó ayer evitar cualquier tipo de "alarma", ya que la lengua azul es una enfermedad que no es grave y que no se puede transmitir al ser humano, al contrario de lo que sucede con la encefalopatía espongiforme bovina, más conocido como mal de las vacas locas . Según Ignacio Huertas, basta con 30 días de aislamiento para que el mal remita y no se propague.

Según la Junta, los expertos aseguran que la previsible bajada de las temperaturas de otoño, el viento y la lluvia son obstáculos para la difusión del brote, posiblemente procedente de Marruecos. El origen del foco está en las provincias andaluzas de Cádiz y Huelva en una explotación de reses de lidia.