Extremadura, junto a Castilla-La Mancha, es la comunidad autónoma más vulnerable de España a los efectos de fenómenos como el cambio climático, la globalización y los cambios demográficos en los próximos 12 años. Así lo expuso ayer en Bruselas la comisaria europea de Política Regional, Danuta Hübner, que presentó el informe Regiones 2020 sobre el impacto probable que tendrán la evolución de las condiciones ambientales, demográficas, económicas y energéticas en todas las regiones de la Unión Europea.

El documento sitúa a la comunidad extremeña y a la manchega en el peor escenario posible para afrontar unos retos que la CE considera claves. Por ello Hübner pidió flexibilidad en la aplicación de políticas comunitarias, rapidez de actuación para prevenir impactos más negativos y priorizar las inversiones en aquellas regiones que pueden resultar más perjudicadas. "En un ambiente de turbulencia económica queda más claro que nunca que es necesaria una política flexible que anticipe posibles problemas para poder tomar medidas diferentes en cada región", manifestó.

Las peores noticias para Extremadura llegan en el plano mediambiental. Según este informe, en el que se han tenido en cuenta proyecciones de futuro realizadas por expertos, la comunidad autónoma es la región española más sensible o vulnerable al cambio climático. En este sentido, la CE interpreta que el territorio extremeño puede verse gravemente afectado por la sequía y los cambios de temperaturas y precipitaciones, lo que puede condicionar el desarrollo de dos sectores económicos tan importante como la agricultura o el turismo --turismo de naturaleza, en el caso extremeño--.

En este punto Bruselas coincide con otros estudios realizados y publicados en los últimos meses por organismos como la Agencia Estatal de Meteorología, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El resultado en todos ellos es el mismo: Extremadura se verá muy afectada por los cambios ambientales.

GLOBALIZACION Y ENERGIA Pero hay más. Existen otros factores prioritarios para la CE y en los que Extremadura puede llegar al 2020 en un situación manifiesta de desigualdad respecto a la mayor parte de regiones europeas. Por ejemplo la globalización. Bruselas considera que si no se toman medidas la comunidad autónoma puede verse dentro de una década más alejada de los objetivos de convergencia en aspectos como la productividad, el empleo y las tasas educativas de ciudadanos con estudios superiores o con la educación básica completada. Pero ahí la región extremeña no sería la peor situada. Por detrás y con mayores riesgos aparecen territorios españoles como Melilla, Murcia, Castilla-La Mancha o Andalucía. El motivo, según la comisaria europea, es el elevado porcentaje de actividades de escaso valor añadido y la baja cualificación de la mano de obra, lo que se traduce en dificultades para atraer la inversión y para crear o mantener puestos de trabajo.

Donde Extremadura no sufrirá grandes cambios, de acuerdo con las proyecciones de la Comisión, es en el ámbito demográfico. El informe establece que la comunidad apenas perderá un 2% de población en los próximos 12 años, teniendo en cuenta los flujos migratorios y el envejecimiento de la población.

Bruselas tampoco espera complicaciones para la región en el ámbito energético, como puede ser la seguridad de suministro, la eficiencia energética o la productividad y sostenibilidad de este sector en la comunidad extremeña. En este ámbito, los mayores riesgos a nivel nacional están en Murcia, Castilla-La Mancha y Navarra.