Industrias Burmar, empresa de Talarrubias dedicada de la fabricación y comercialización de golosinas desde 1972, ha acelerado en los últimos meses su proceso de diversificación con la compra de Aceites Molina y Aceites Parralejo, dos de las diez mayores envasadores extremeñas de aceite de oliva por volumen de facturación. La entrada en el mercado oleícola se une al reciente desembarco también en el sector del agua embotellada (Aguas de Fondetal) por parte de Burmar, cuyas ventas sólo en el negocio de las golosinas ascienden a 6 millones de euros (1.000 millones de pesetas).

Aceites Molina es una empresa de La Roca de la Sierra y es la tercera envasadora de aceite más importante de la región en volumen de ventas, que ascienden a 6,68 millones de euros (1.111 millones de pesetas) anuales, según datos de la Guía Empresarial Extremeña 2002 que elabora la Junta de Extremadura. Aceites Molina cuenta con almazara, refinadora y envasadora de aceite. Por su parte, Aceites Parralejo tiene su sede en Navalvillar de Pela y es la novena empresa del sector en Extremadura, con unas ventas de 1,69 millones de euros (281 millones de pesetas). Aceites Parralejo está dotada de almazara y envasadora.

UN SECTOR EN AUGE Con la entrada en el negocio del aceite, "un sector en auge", Burmar busca "la diversificación, la ampliación del mercado nacional y de la exportación", así como "mejorar la imagen de la empresa a nivel corporativo y de márketing, intentando llevarla a pleno rendimiento", según explica Evaristo Burgueño Márquez, director de márketing. Con estas adquisiciones y la puesta en marcha en el 2003 de la embotelladora de agua, Burmar suma ya 125 empleados. "Es un grupo totalmente familiar y todas las empresas del grupo se encuentran en Extremadura", subraya.

Según ha explicado Evaristo Burgueño, que no ha querido facilitar importe de la operación, el objetivo de Burmar es que la comercialización de aceite de oliva pase a ser la primera fuente de ingresos del grupo extremeño en los próximos años. El directivo asegura que Burmar lleva "mucho años" en el negocio de la confitería y ahora ha salido la oportunidad de entrar en otro "emergente", donde el grupo aprovechará su "gran experiencia exportadora".

Burgueño es partidario del "diversificarse o morir", pero explica "de momento" no está prevista la entrada en ningún nuevo negocio. "Queda mucho trabajo por hacer", explica. Lo prioritario ahora para el grupo Burmar es digerir estas adquisiciones y llevar las nuevas empresas a pleno rendimiento antes de plantearse otras operaciones.