Es evidente que las próximas elecciones autonómicas van a ser muy distintas a las anteriores. En la coctelera electoral han entrado más formaciones políticas y más elementos a tener en cuenta, lo que resulta harto complicado saber qué combinación final va a poder servirse a los ciudadanos. Cuando reinaba el bipartidismo estaba más o menos claro: o azul o rojo, y si acaso algún condimento menor. Pero ahora nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar; pareciera que los seis meses que restan hasta las urnas del mes de mayo fueran una eternidad cuando, en verdad, es ya mismo. Y es que, en realidad, los gurús y analistas de cada partido lo que quieren es alargar el tiempo, y así su pronóstico, esperando que el revoltillo en que anda sumida la política de este país por fin se detenga a ver si los posos finalmente arrojan un resultado posible.

Extremadura es muy difícil de abordar electoralmente hablando. Primero porque dispone de dos únicas circunscripciones, Cáceres y Badajoz, cuya representación varía ostensiblemente: 29 escaños para la provincia cacereña y 36 para la pacense, 7 diputados de diferencia. Y segundo porque para entrar en el reparto de escaños de una u otra circunscripción hay que alcanzar el 5% de los votos, de lo contrario los sufragios obtenidos no sirven para nada y los escaños se los llevan las fuerzas más votadas. En la memoria de todos quedan las elecciones autonómicas de 2007 cuando la Izquierda Unida que entonces encabezaba Víctor Casco se quedó en el 4,94% de los votos en Badajoz y en el 3,87% en Cáceres y sus hipotéticos 3 diputados se los llevó el PSOE. La coalición obtuvo 30.028 votos en la región que se fueron directamente a la papelera y se quedó sin representación en la Cámara toda la legislatura.

Pensar que va a ganar uno u otro partido sin tener en cuenta que existe una puerta de entrada que se llama 5% o que hay dos emplazamientos totalmente diferentes donde captar escaños que nada tienen que ver entre sí, es como ir a pescar y no llevar caña. Las maquinarias del PP, del PSOE, de Izquierda Unida y del resto formaciones están en esta dinámica cada nuevo comicio. Porque son importantes los mensajes y la política de gobierno o de oposición, así como la estructura de partido, pero las cábalas y los cálculos hay que hacerlos, de lo contrario las cuentas directamente no salen.

Es por ello que los regionalistas del Prex-Crex están erre que erre con la iniciativa de rebajar el umbral para el reparto de escaños del 5 al 3%. Les va la vida en ello. Su escisión del PSOE en septiembre del año pasado les ha dado mayor visibilidad, pero alcanzar el 5% de los sufragios en Cáceres o en Badajoz es sumamente difícil: no poseen el eco mediático que, por ejemplo, ha logrado Podemos, ni la estructura de partido que les ayude a conseguirlo. Pero si bien el PP está dispuesto a debatirlo, el PSOE ya ha dicho que no, que se opone a hacer reformas electorales con la calculadora en la mano y a seis meses de unas elecciones.

La excusa es baladí porque se trata también de una respuesta llevando la calculadora en la mano y tampoco aceptó la medida cuando se planteó a mitad de legislatura si bien más tarde apoyó una propuesta en este sentido en la Asamblea. Para hacer una reforma de este calado se requieren 3/5 partes de la Cámara, 39 diputados, con lo que sin el PSOE (28 escaños) es totalmente imposible que salga adelante dado que el resto suman 36.

Los socialistas saben que si en el banquete electoral entran más comensales, los escaños habrá que repartirlos y puede que por poco que pierdan no le salgan las cuentas. Podrían apoyar la medida y poner en un brete al PP, al que probablemente tampoco le salieran sus cálculos, pero arriesgarse y salir adelante podría enturbiar su resultado. Es más, se estaría beneficiando a dos de sus hipotéticos enemigos: los propios del Prex-Crex que abandonaron su barco creando una crisis a mitad de legislatura y sus 'colegas' de Izquierda Unida que dejaron gobernar al PP, ahora en horas bajas y raspando otra vez ese 5% que podría desterrarlos del Parlamento. ¿Alguien cree que con estas premisas la iniciativa que se va a presentar en el Parlamento saldrá adelante? Nadie.