Hace unos meses un joven de Escurial, Carlos Moreno, sufrió un grave accidente mientras practicaba uno de sus deportes favoritos: el parapente. Chocó contra un tendido eléctrico y sufrió graves quemaduras. Como le ocurrió a Carlos, cientos de aves sufren cada año accidentes similares en la región. Muchas de ellas son ejemplares de especies protegidas.

La Junta de Extremadura, con la colaboración de las compañías eléctricas, viene trabajando desde finales de los años ochenta para reducir el número y minimizar las consecuencias de los impactos de aves contra este tipo de instalaciones. Los resultados ya están sobre la mesa: de los 2.626 ejemplares encontrados muertos por colisión o electrocución en 1987 se ha pasado a poco más de 300 durante los últimos años.

Por el camino, como recuerda María Jesús Palacios, jefa de sección de Biodiversidad de la Dirección General del Medio Natural --Junta de Extremadura--, se han ido labrando iniciativas para acabar --en casi un 90%-- con este tipo de accidentes mortales entre la avifauna: proyectos de conservación del águila imperial ibérica, los decretos de 1996 y 2004 sobre condiciones técnicas de las instalaciones eléctricas, convenios con Iberdrola o Endesa, líneas de financiación para modificar tendidos eléctricos peligrosos de propiedad privada...

El resultado es visible para cualquier ciudadano: enterramiento de líneas de alta tensión, señalización mediante pelotas o espirales para que sean más visibles para las aves, retirada de nidos, disuasores de nidificación e instalación de postes de nidificación, mejoras en el aislamiento de los cables y tendidos, apoyos de hormigón. Y también para los agentes del Medio Natural y del Seprona: las colisiones de aves contra tendidos eléctricos se han reducido en la región un 65% en los últimos años y los casos de electrocución un 89% tras estas actuaciones, según los datos de María Jesús Palacios.

Estos avances se pusieron sobre la mesa hace unas semanas en Cáceres, en una jornada de intercambio de experiencia entre administraciones y empresas de Extremadura y Portugal implicadas en esta cruzada. Allí el director general del Medio Natural, Guillermo Crespo, subrayó la importancia de este trabajo para que la península Ibérica se haya convertido en uno de los espacios más ricos en cuanto a variedad de especies ornitológicas y una reserva para muchas de las aves más amenazadas del mundo.

Mucho trabajo por hacer

Pero pese a los esfuerzos de unos y otros, milanos reales, aguilas imperiales, cigüeñas negras o búhos reales siguen pereciendo en la región por culpa de los tendidos eléctricos (en el 68% de los casos, por electrocución). Por ello María Jesús Palacios insiste: "Nunca vamos a llegar a la corrección total del problema, pero es importante que no renunciemos a seguir reduciendo el número de casos". Entre sus propuestas para seguir avanzando en esta línea está crear una asignatura de libre elección en la Universidad de Extremadura sobre protección de la avifauna.