Los inmigrantes que llegan a Cáceres tienden a marcharse en cuanto se les presenta la oportunidad a otras provincias, según refleja el estudio Movilidad Laboral y Geográfica de la Población Extranjera en España , editado por el Ministerio de Trabajo. El informe revela que en el 2004 llegaron a la provincia cacereña 990 extranjeros, pero se marcharon casi 1.700, lo que supone un saldo negativo de 700 personas. De este modo, Cáceres es, después de Almería, Barcelona y Madrid, la provincia que más inmigrantes abandonan. Este hecho es aún más relevante si se tiene en cuenta que la provincia cacereña es una de las que menos extranjeros recibe cada año, con lo que en términos porcentuales es la primera en cuanto a saldo negativo de inmigrantes.

Mientras, Badajoz presenta un perfil más equilibrado, y aunque se marcharon 1.500 extranjeros, llegaron más de 1.700. Además, el estudio realiza un análisis de lo ocurrido en el año 2000, para establecer si lo del 2004 es un hecho puntual o una tendencia. Para las provincias extremeñas la situación es idéntica: saldo negativo pronunciado en Cáceres y positivo para Badajoz.

MARCHA DE AFRICANOS Respecto a la nacionalidad de los inmigrantes que llegan o se van de Extremadura, Cáceres presenta un saldo negativo para todos los grupos, pero que es especialmente pronunciado con los africanos, ya que abandonan la provincia el doble de los que llegan. A Badajoz vienen más europeos y africanos de los que se van, pero se marchan más sudamericanos y asiáticos de los que llegan.

En el análisis de este balance expulsor de inmigrantes, según lo denomina el estudio, que convierte a la provincia cacereña en una de las "redistribuidoras de africanos", se alude a dos factores. El primero es la atracción inicial de algunas provincias como Cáceres para trabajadores poco cualificados, bien por ser lugar de residencia de algún familiar o bien porque la demanda de mano de obra en ciertas épocas, particularmente en las campañas agrícolas, hacen fácil encontrar un primer empleo.

El segundo es que, una vez logrado ese primer trabajo, generalmente precario y estacional, los inmigrantes buscan la forma de mejorar sus condiciones, lo que se traduce tanto en un cambio de residencia --el estudio constata que la movilidad geográfica de los extranjeros es muy superior a la de los españoles, y hasta ocho de cada diez cambian de provincia--, como en un cambio de régimen laboral, pasando del agrario al general.

Centrándose en el caso extremeño,y particularmente en elcacereño, Pilar Holgado, técnicode inserción laboral de inmigrantesde CCOO, explica que“para los extranjeros con pocacualificación reconocida en España,es más fácil incorporarseen sectores como el agrícola, perouna vez regularizados se muevenhacia sectores más estables ymejor remunerados, como el generalo el de autónomos”.

Holgado destaca además queen Cáceres se da un trasvase enel sector agrícola hacia y desdeMurcia. En todo caso, indica que“se marchan por la temporalidad;si fuesen fijos se quedaríanmás”. Asimismo, manifesta queinciden factores sociales y de vivienda:“Hay muchos de los quevienen que ya tienen familia enMadrid y allí se marchan encuanto pueden”. Además, haypolos de atracción por su mayorprosperidad, como sería el litoralmediterráneo.

En cuanto a Badajoz, la técnicode CCOO indica que su saldopositivo se debe en gran parte aque muchos de los que están inscritoscomo residentes son saharauis,que cuando tienen el permisode residencia permanenteya no tienen necesidad de cambiarlos datos aunque se marchena otro lugar.

Por ello resalta que las cifrassobre flujos de inmigrantes puedenestar algo distorsionadas, yrevela que en el total de Extremaduraentre 2006 y 2007 losdatos de inscritos en la SeguridadSocial revelan que la ComunidadExtremeña cuenta con unmillar de inmigrantes menostrabajando, lo que supone undescenso superior al 10%.