"Según mis jefes, yo lo que quería era una paga. Pues la cambio por la salud". Quien pronuncia esta frase prefiere no dar su nombre. Dice que su caso puede ser el de cualquiera de los trabajadores de las canteras de La Serena que han tenido que abandonarlas por la silicosis. Pero el camino para conseguir que le reconocieran esta enfermedad profesional no ha sido fácil y ha abierto muchas rencillas que prefiere no agudizar.

Lo que sí confirma son las dificultades que entraña la reivindicación de los derechos laborales. Algo tan básico como recibir una compensación por estar impedido para un trabajo justo por llevarlo a cabo. Es lo que le ha ocurrido a él tras toda una vida en las canteras. ¿Medios de prevención? "No se pusieron en marcha hasta hace unos pocos años". Demasiado tarde para él, que ya está en su última fase en activo.

Tanto que el médico le diagnosticó esta enfermedad y otras intercurrentes. Al principio, le trataron como si fuera una patología común, pero después pudo demostrar el vínculo con su trabajo. "No fue fácil", afirma añadiendo que sin el sindicato hubiera sido "imposible". Ahora que ha logrado que su problema sea reconocido, todavía está pendiente de algunos trámites, le han concedido una prestación económica que le ha permitido abandonar su trabajo. Algo que, según sus jefes, era lo único que buscaba, pero que sin duda cambiaría, como cualquiera, por poder disfrutar de su salud.