Cada vez que se cambia la hora, tanto para ajustarla al horario de verano --como desde esta madrugada-- como al de invierno, salen a la luz los datos de un hipotético ahorro en las facturas de la luz para los hogares de hasta un 5%, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Esto traducido a cantidades supone que los consumidores extremeños se ahorrarán entre 3 y 3,5 euros en la factura de cada hogar, y ampliando el radio a la factura global el supuesto ahorro se aproxima a los 5 millones de euros a lo largo de los siete meses que dura este cambio de hora (a las dos de la mañana habrá que adelantar una hora el reloj).

Algunas voces críticas ajenas a las compañías eléctricas aseguran que ese ahorro no es tal, ya que si ahora habrá más horas de sol y la luz se enciende menos que en invierno, la utilización del aire acondicionado y otros aparatos eléctricos solapan el consumo que se pueda hacer en invierno al encender antes la luz y usar la calefacción.

En Extremadura, las compañías eléctricas suman algo más de 600.000 clientes, de los que unos 550.000 son domésticos, y el resto son empresas. Cada hogar, paga una media de unos 70 euros en la factura de los dos meses --no la actual que se cobra por mes-- y el consumo anual oscila entre los 4.000 y los 5.000 kilovatios/hora, según datos de las compañías eléctricas que operan en Extremadura. Esto supone que, teniendo en cuenta esas previsiones del IDAE, en cada factura los clientes domésticos de la región ahorrarán entre 3 y 3,5 euros cada uno, lo que supone unos 2 millones en el conjunto de los hogares y alrededor de 5 millones de euros durante el periodo que dura el horario de verano (marzo-octubre).

El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.

Según estimaciones del IDAE, el potencial de ahorro en iluminación en España alcanza los 300 millones de euros, 90 de ellos en los hogares.