Manuel Cañada confirmó ayer su renuncia al escaño de diputado regional y a la reelección como coordinador de IU-Extremadura en el congreso del próximo noviembre, justificando su decisión en que "llevo muchos años en esto y esto y cansado", además de indicar que con su gesto quiere dar ejemplo para que se emprenda "una renovación de IU en profundidad, no retórica ni superficial".

Asimismo, explicó que su decisión de abandonar la política "pública y representativa" ha sido muy madurada, y fue tomada antes de las últimas elecciones. Cañada dijo estar convencido de que cada vez es más necesario hacer política desde fuera de las instituciones.

En cuanto al momento elegido, manifestó que hace tiempo que se convenció de que "mi ciclo pasó", pero no quiso dimitir inmediatamente después de las elecciones "para no dar una sensación de derrota, que no sería real". También aseguró que no ocupará ningún cargo en la dirección federal de su formación.

SIN PRESIONES

Por lo que se refiere a su relación con el coordinador nacional, Cañada comentó que "si tuviese que decir algo a un dirigente de IU no lo haría en una rueda de prensa", y aseguró que no había sido presionado para abandonar el cargo, aunque eludió aclarar si había comentado su decisión con Gaspar Llamazares.

En su despedida, el todavía líder de la coalición en Extremadura aseguró que deja a IU "consolidada y asentada" aunque lamentó no haber tenido "más mano izquierda en algunos momentos". Finalmente, dijo sentirse orgulloso "de salir en lo material como entré", y explicó que a partir de ahora le espera "el paro y buscarme la vida como tantos otros ciudadanos que están en una situación precaria".