El yacimiento de Cancho Roano, cerca de la localidad de Zalamea de la Serena, es considerado como el conjunto tartésico mejor conservado de la península ibérica, datando la construcción original de al menos el siglo VI a. C., aunque el edificio fue ampliado y modificado en siglos posteriores. Supone un yacimiento excepcional y único, tanto por su forma, su tamaño y su estado de conservación, como por los objetos encontrados. Su función era religiosa. El cuerpo principal del edificio, de planta cuadrada, se orienta hacia el Este y está rodeado por un foso de escasa profundidad, que contiene agua de forma permanente.