Carne humana, bien de sus familiares, de sus vecinos o bien de otros grupos y razas. Esa podría ser parte de la dieta cotidiana de las sociedades que habitaron Extremadura hace más de 5.000 años. El trabajo de un grupo de más de 40 arqueólogos y expertos en Prehistoria de varias universidades españolas --entre ellas la Universidad de Extremadura-- ha servido para encontrar en las cuevas de Fuentes de León (Badajoz) restos humanos del Neolítico y la Edad del Cobre que revelan ciertas prácticas caníbales.

Hasta el momento los investigadores han hallado un conjunto funerario formado por 18 esqueletos de hombres, mujeres y niños procedentes de dos épocas diferentes: unos de hace más de 5.000 años antes de Cristo (Neolítico) y otros de hace unos 3.000 años antes de Cristo (Edad del Cobre). Según Hipólito Collado, uno de los arqueólogos del grupo, el estudio de los restos demuestra que aquellos individuos se comían unos a otros. "Hemos observado que muchos huesos fueron cocinados y otros cortados y desgarrados con útiles. Aparecen marcas de cortes, lo que indica que esos cuerpos fueron descarnados y comidos por otros miembros de su especie", explicó a EFE.

Lo que todavía no está claro es si esta práctica formaba parte de algún tipo de ritual o era una costumbre más, ya que junto a los esqueletos se han encontrado restos de ajuar funerario, como cuchillos de piedra, vasos de cerámica, puntas de flecha, punzones de huesos, collares o algunos ídolos. También han aparecido huesos de pequeños animales y de mamíferos como conejos, lobos y osos que habitaron el sur de Extremadura hace varios miles de años.

Esqueleto casi completo

Los investigadores han conseguido extraer de una de las cinco cuevas un esqueleto casi completo y que ya ha sido expuesto en Fuentes de León durante una conferencia sobre arqueología celebrada hace unos días. Collado señala que se trata de un varón de unos 30 años, de 1,72 metros de altura --"una altura importante para la época"-- y que sufría artrosis además de desgastes dentarios a causa de una mala dieta. Su muerte, de acuerdo con los primeros indicios, pudo deberse a un golpe en la cabeza por una caída o en una pelea.

Las investigaciones continúan, ya que los expertos están convencidos de que los restos hallados forman parte de un depósito funerario mucho más amplio: "están presentes en tres de las cinco cuevas y, hasta el momento, sólo nos hemos centrado en dos de ellas, la de Caballos y la de Postes, donde hemos descendido hasta niveles del Neolítico en la región". Y aunque se han mostrado cautos al valorar la importancia real del hallazgo a la espera de que finalicen los trabajos, sí están seguros de que se tratan de unos restos "únicos en Extremadura" y "muy relevantes" en el ámbito de toda la Prehistoria.