Pese al cansancio que denotaba su rostro, el presidente extremeño estaba de buen humor tras abandonar el hospital.

Explicó que no siguió por la prensa el Debate sobre el Estado de las Autonomías, para el que había viajado a Madrid, porque los médicos le aseguraron "que no tenía ningún interés".

Lo que sí veía era "el aparato de televisor que tenía enfrente de mí", que "sólo ponía unas rayitas pero no daba imágenes, y había que estar muy atento porque si las rayitas se convertían en horizontales, llegaban seguidamente a pegarte puñetazos en el pecho".