El volumen de cangrejo rojo (Procambarus clarkii) capturado en Extremadura desde la puesta en marcha del plan de control de esta especie invasora ha sido de 610.241 kilos, según han comunicado los operadores autorizados a la Consejería de Medio Ambiente. El plan fue aprobado en una resolución de la Dirección General de Medio Ambiente de Extremadura, publicada el 16 de noviembre de 2016, que levantaba la prohibición genérica de posesión, transporte y comercio de ejemplares vivos a los establecimientos autorizados, que ahora son diez tras la última modificación, de este mes de abril.

La norma surgió para hacer frente a los perjuicios del cangrejo rojo americano sobre varias especies autóctonas y para sortear la situación que se originó con la sentencia del Tribunal Supremo del 16 de marzo de ese año, que daba razón a los ecologistas. El fallo judicial impedía su comercialización al incluirlo en el catálogo español de especies invasoras, con el consiguiente impacto económico negativo para zonas como Orellana la Vieja. La prohibición se evitó con la puesta en marcha de un plan de capturas para aminorar su población, que ha permitido mantener la actividad con fines comerciales.

La discusión legal de este asunto aún no se ha cerrado en España. La Comisión de Medio Ambiente del Congreso aprobó el pasado 16 de abril un proyecto del PP de reforma de la Ley de Biodiversidad y Patrimonio Natural, que indulta a especies invasoras como el cangrejo rojo. El texto acordado con el apoyo de Ciudadanos, PDeCAT y PNV y la abstención del PSOE implica que podrá haber excepciones con algunas especies por su interés económico, frente al criterio defendido por los científicos que han sido llamados a consultas por el Parlamento. Las empresas autorizadas en Extremadura comenzaron siendo seis y tras varias modificaciones ahora son diez, con domicilio en Orellana, tres de ellas, dos en Badajoz y el resto en Acedera, Montijo, Navalvillar de Pela, Medellín y Lobón.

Este cangrejo se considera perjudicial para las especies autóctonas debido a su gran voracidad sobre invertebrados, patos buceadores de hábitos fitófagos, peces y anfibios. Además, sus hábitos excavadores producen desplazamientos de tierra y desperfectos en las estructuras de irrigación en los cultivos de arroz, según explica el plan extremeño, similar al andaluz. Tras más de 40 años desde su introducción, el ecosistema se ha autorregulado y el cangrejo se ha convertido en un importante alimento para predadores como la nutria o la cigüeña negra.

A pesar de ello, el plan alerta de que la falta de control acarrearía «un crecimiento exponencial descontrolado con un impacto incomparable para el medio natural». De ahí que la normativa permita la captura en todos los cursos y masas de agua, los 365 días del año, sin cupos ni tallas mínimas.