TLta Semana Santa emeritense, de Interés Turístico Nacional y con posibilidades de ser Internacional, es de las más vistosas del mundo. Ver pasar sus imágenes por monumentos romanos de la época de Cristo como el Anfiteatro, el Templo de Diana, el Arco de Trajano o el Puente Romano es un auténtico espectáculo que solo podemos ofrecer los emeritenses en el mundo, solo nosotros.

Al margen de la buena imaginería que tenemos, en nuestra Semana Santa hay algo consustancial: durante las procesiones se reparten caramelos. Los más tradicionales son los Caramelos de la Mártir que elabora la Confitería Gutiérrez (del año 1827, posiblemente la más antigua de Extremadura) con una continuidad ininterrumpida, pues incluso durante la Guerra Civil estuvo abierta. Nuestro entrañable recuerdo a Doña Batí , su dueña, ya fallecida, que siempre fue un referente en los actos religiosos de la parroquia de Santa María.

Los emeritense se vuelcan con su Semana Santa. Deseo, como emeritense y cronista oficial de Mérida, que aquellas personas que la aman tanto no se callen ciertas deficiencias en una determinada cofradía, a la que se le está haciendo un daño que si no se pone coto, va a ser irreparable. Se trata de una de las cofradías con más carisma en la ciudad, la de Nuestro Padre Jesús de Nazareno del Calvario. Hay personas vinculadas a la hermandad que pueden salvarla y nadie, sea seglar o clérigo, puede mandar, ordenar y discernir sobre su futuro. Ni el representante más alto de la Iglesia debe disponer a su antojo cómo debe ser nuestra Semana Santa.

He hecho 'extraordinarios' en la prensa regional, programas cuando era director en SER Mérida y director de Emérita Televisión, ya desaparecida, dando a conocer nuestra Semana Santa. Lo más importante es la caridad cristiana y mirar con futuro una Semana Santa de todos los emeritenses. Nadie, absolutamente nadie, está por encima la Junta de Cofradías y esta del pueblo. Amén.