Acude por segunda vez a la cita por la Presidencia de la Junta, y se declara "ilusionado y esperanzado". Asegura que con su modelo de desarrollo Extremadura podría lograr la convergencia en ocho años sin dejar a nadie atrás.

--En las encuestas conocidas se refleja cierta ventaja del candidato socialista de cara a las elecciones. ¿Maneja su partido algún sondeo que marque una victoria del PP?

Lo que manejamos es lo conocido: bajada del PSOE de entre uno y cinco escaños y subida del PP entre tres y cinco escaños. Todas marcan tendencias de subida del PP y caída del PSOE. Nuestras expectativas son ganar con mayoría absoluta no para ser presidente sino para hacer cosas en beneficio de los extremeños.

--¿Cuál es el cambio que propugnan en su campaña?

--Son varios elementos. Algo que ha marcado la acción de gobierno ha sido el intervencionismo, la ocupación de la sociedad, y lo queremos sustituir por la libertad y el protagonismo de los ciudadanos. Otra cuestión es la arbitrariedad --estoy recordando ahora algunos procesos de oposiciones--, cambiarla por la seguridad, por la confianza en la Administración. Además, terminar con el populismo e implantar una forma de gobierno con objetivos claros. Como cuarto elemento, acabar con el despilfarro, y poner en su lugar rigor en el gasto. También necesitamos un Gobierno que defienda el interés de Extremadura en todos los foros. Como último elemento, que además marca la diferencia de modelo, es la necesidad de poner en valor nuestro patrimonio. Los grandes cuellos de botella de hace 25 años: no transformar y no comercializar nuestros productos, aunque se han dado pasos, siguen siendo los mismos. Ahí hay una apuesta importante, porque acarrea empleo de calidad y que nuestros jóvenes mejor formados no se tengan que marchar. En este concepto de patrimonio también entra el patrimonio monumental y el ecológico. Resulta un sarcasmo que nuestro gran parque nacional, Monfragüe, no tenga un hotel porque se ha cerrado y a nadie le interesa abrirlo. Algo no se está haciendo bien.

--El adiós de Ibarra, ¿supone también que usted se enfrenta a su última oportunidad para ganar las elecciones?

--No lo veo en términos de oportunidad, sino de responsabilidad y de ilusión. Desde el centro-derecha tenemos la responsabilidad que nos llena de ganas de hacer cosas. Extremadura está en un momento histórico porque los extremeños podemos ser protagonistas del cambio político. No es sustituir a unas personas por otras, sino de sustituir un modelo por otro, por un modelo que ha dado mucho de sí cuando se ha puesto en práctica a nivel nacional.

--En todo caso, cuestiones como la renuncia de Acedo a repetir como candidato en Mérida se han interpretado como un movimiento para preparar su relevo si no gana las autonómicas, ¿cómo lo percibe usted?

--Esa es una pregunta que no me corresponde responder a mi. Yo estoy centrado en sacar esa mayoría de al menos 33 diputados y eso es lo que me preocupa.

¿El PP ha solventado su falta de tirón en zonas rurales?

--Es cierto que ganamos en las ciudades, y también en las poblaciones pequeñas, y que en las poblaciones intermedias no ganamos. Ahí está otra de nuestras fortalezas de cara a las elecciones próximas, que es haber mejorado nuestra estructura: nunca tanta gente había estado dispuesta a dar un paso adelante en este momento. Tenemos el 90% de las cabezas de lista definidas, y de eso no hay precedentes.

--¿Por dónde orientaría el desarrollo económico en un momento de cambios en la PAC y de apertura de un nuevo marco europeo de apoyo?

--Si se ve lo que decía cualquier especialista hace 20 años sobre cuales eran los cuellos de botella de una región como Extremadura, se vería que se hablaba de que hay buenos productos pero no se transforma, no se industrializa y no se vende. En estos 25 años se han dado algunos pasos pero los problemas siguen siendo los mismos, y los especialistas también dicen donde están las oportunidades: falta un sello que permita estar presente en los mercados internacionales. ¿Cuál sería ese sello? Lo que demandan los consumidores es calidad, ecología, producción limpia,... ¿A qué se asocia Extremadura? A eso precisamente. Hagamos que ese sello esté presente, y con ello vamos a vender, y tendremos que transformar, y con esto el valor añadido se quedará aquí. Para eso se necesitan profesionales, y se evitará la fuga de profesionales bien formados, de los jóvenes extremeños con mayor formación. ¿Quién no conoce en su círculo de amigos algún joven o varios que no estén fuera de la región, en general además buenos profesionales? Esa sangría hay que pararla. No se trata de que la Junta esté presente en todo, sino que los ciudadanos los que avancen.