Carlos Labrador (Montehermoso, 1972) alza la voz contra el machismo. Como él, una multitud de hombres extremeños se despojan de etiquetas y lanzan un grito unánime contra el maltrato y se agrupan en forma de colectivo. Extremadura ve nacer la plataforma extremeña de hombres contra la violencia machista, una asociación sin apología política y sin más aspiración que trabajar para fomentar una sociedad igualitaria y libre de maltrato hacia las mujeres. El montehermoseño es su portavoz regional, habla para EL PERIÓDICO EXTREMADURA y detalla las razones por las que como él, muchos hombres han dado este paso.

-En lo que va de año veinticuatro mujeres han sido asesinadas por violencia machista.

-Es una vergüenza que esto pase en la sociedad. Estas circunstancias son las que nos han llevado a dar el paso. Estamos hablando de un problema social, tenemos que ponernos las pilas, no podemos seguir de brazos cruzados.

-¿Extremadura es una comunidad concienciada contra la violencia de género?

-Ningún territorio en nuestro país está concienciado con esta lacra. No digo que las administraciones, los cuerpos de seguridad, asociaciones y las fundaciones no lo estén, pero la sociedad en general no se conciencia del verdadero problema hasta que no les toca de lleno.

-¿Hasta ahora el hombre se ha integrado de forma activa para erradicar el maltrato o las políticas están orientadas a proteger a las víctimas y no tanto a evitar esas conductas machistas desde el inicio?

-En nuestra sociedad tristemente vivimos una situación en la que lo masculino está por encima de lo femenino. Entendemos que es muy dificil cambiar eso pero nos planteamos qué podemos hacer nosotros. No hemos venido a sustituir a nadie. Nosotros pensamos que lo mejor para evitar la violencia machista es la prevención en las etapas más tempranas, mediante la educación en valores, mediante la educación en igualdad.

-¿Qué papel juega el hombre en la erradicación del maltrato?

-Somos conscientes de que los hombres tenemos una deuda histórica con la mujer. Históricamente han tenido menos derechos y menos libertades que los hombres. Nosotros podemos cambiar eso. Es importante que los hombres que ejercen la violencia sobre las mujeres vean que somos nosotros mismos los que rechazamos, los que nos enfrentamos a ese machismo y nos movilizamos para cambiar las cosas. Somos una herramienta que hasta ahora no ha participado. Hay que trabajar la sensibilidad general para que de una vez entendamos que no se le puede mostrar a los niños cuestiones de masculinidad. Ya está bien de niñas, rosa y niños, coches. Eso no va a cambiar su capacidad de decidir. Desde una concienciación a edades más tempranas se podrán cambiar cosas.

-Si ustedes no son machistas, son feministas.

-Ser feminista es defender la igualdad entre hombres y mujeres. Nuestra plataforma es eminentemente feminista. Feminismo e igualdad son sinónimos, el que no entienda ese concepto, está equivocado. Nosotros lo tenemos muy claro, nuestro compromiso es en pro de la igualdad.

-La última reclamación de colectivos habla de la desprotección de los menores envueltos en casos de violencia machista.

-La propia justicia tiene que velar por estas cuestiones. Es prioritario que no se olviden nunca de los menores que se han quedado huérfanos por circunstancias de violencia machista. Es una de nuestras reivindicaciones.

-Aunque el colectivo se presentó esta semana, lleváis un tiempo trabajando para darle forma, ¿qué urge poner en marcha?

-Ahora estamos generando la estructura. Somos una plataforma regional y queremos abrir fronteras. En España hay colectivos de hombres por la igualdad, pero nosotros somos el primer grupo de hombres que de una manera decidida integra en su propia denominación el término ‘contra la violencia machista’. Seguimos trabajando para crear una gran plataforma y posibilitar programas y mecanismos de cara a conseguir dos fines: la erradicación de la violencia machista y la igualdad de oportunidades. Otra de las bases que trabajaremos es la concienciación ciudadana. Entiendo que las víctimas no denuncien por miedo, lo que no entiendo es que la ciudadanía en general no denuncie. Se tiene que penar como un cómplice más a aquel hombre o mujer que tengan conocimiento de esa situación y no la denuncie.