Una vida normal en un nuevo hogar y con cinco caseros que lo único que persiguen es mejorar la vida de los inquilinos en una casa con siete camas, salón, cocina, un aseo, un cuarto de baño, piscina y... con el único propósito de ser una vía de escape para aquellos que, por desgracia, deben visitarla.

Eso es lo que se encontrarán, en principio, seis menores de edad con graves problemas de consumo de drogas, y que serán atendidos por cinco especialistas en un centro residencial abierto en Mérida, el primero de estas características en Extremadura. Es un dúplex en el que se ha invertido 72.000 euros, y donde estos menores de entre 13 y 18 años serán tratados como si se encontraran en el ámbito familiar.

Quitar el hábito

En esta casa los jóvenes pueden entrar consumiendo y estarán el tiempo necesario para, primero desintoxicarlos y, después, quitarles el hábito. El lunes, una joven de 16 años será la primera en ocuparla y ser tratada por un grupo de especialistas. Ella y los demás llevarán una vida normal. Por ejemplo, si quienes llegan al centro están estudiando, lo continuarán haciendo en el instituto; de lo contrario, realizarán distintos talleres en el propio centro. Algunos de ellos tienen un seguimiento judicial, incluso llegarán desde el centro de menores Marcelo Nessi de Badajoz si son drogodependientes.

Los menores proceden de los centros de desintoxicación de la Junta y son chicos y chicas con consumos abusivos de cocaína, hachís, pastillas y de todo, no para los que estén picoteando con la droga", comentó ayer Eva María Tobaja, directora del centro y presidenta de la asociación Cuéntame, que gestiona la casa.

Se trata de un recurso complementario al tratamiento ambulatorio, pero "no hay que creer que se han arreglado los problemas, sino que esto es una consecuencia de un fracaso colectivo y lo ideal sería que centros como este no hicieran falta", dijo el consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara.