Casi la mitad de los jóvenes extremeños de entre 14 y 18 años se han emborrachado alguna vez y uno de cada tres lo ha hecho a lo largo del último mes. A esto se suma que el consumo se ha incrementado considerablemente en los últimos años y que, según reconocen los propios jóvenes, no se está cumpliendo la denominada ley antibotellón . Esos y otros datos fueron presentados ayer por el consejero de Sanidad y Consumo del Gobierno extremeño, Guillermo Fernández Vara, y corresponden a la última encuesta sobre consumo de drogas entre la población escolar.

Este documento revela aspectos que para Fernández Vara son "alarmantes". Así, uno de cada tres jóvenes reconoce que se ha emborrachado en el último mes, una tasa que en sólo dos años ha crecido casi un 10%, pasando del 19,4% en el 2002 al 27,9% en el 2004. De la misma forma se ha constatado un importante incremento en el consumo de alcohol entre jóvenes, que tras experimentar un descenso sensible entre 1996 y el 2002 ha vuelto a recuperar ese nivel. En este sentido, en el 2004 la tasa de consumo era del 65,8% por el 55,1% del 2002.

RIESGOS AÑADIDOS Esto provoca unos riesgos añadidos, como reconocen ellos mismos. Y es que el 18,7% asegura que han conducido un vehículo tras consumir alcohol o bien han montado en un coche conducido por alguien bebido.

Pese a todo la percepción que tienen los propios jóvenes de la situación indica una falta de concienciación al respecto. Y es que sólo uno de cada diez opina que bebe "mucho o bastante", un indicador que ha bajado en los últimos tiempos en casi dos puntos mientras aumentaba el consumo.

Otro dato significativo es el que se refiere a los lugares donde los encuestados consumen bebidas alcohólicas. El más común, los espacios abiertos como calles y parques, donde lo hacen el 66%, lo que refleja la falta de cumplimiento de la denominada ley antibotellón que prohíbe taxativamente el consumo de estas sustancias excepto en lugares habilitados para ello. Además un 64,7% bebe en pubs o discotecas y el 23,9% en bares o cafeterías a pesar de que las leyes prohíben la venta de alcohol a menores. Para el consejero de Sanidad, estas respuestas indican "que hay mucha legislación sobre el consumo en espacios cerrados que no sirve", informa Ep.

Fernández Vara explicó que aunque "las leyes pueden ayudar" a prevenir o paliar el consumo de alcohol, son necesarias otras medidas "porque es un elemento de mucha complejidad, ya que el alcohol forma parte de nuestras vidas, y es muy complicado trasladarle a los jóvenes que algo que forma parte de nuestras vidas es malo". Por eso "el mensaje que hay que trasladarles es que el uso no es malo, lo malo es el abuso".

También aprovechó para dar un toque de atención a las familias, que "tienen que estar pendientes de sus hijos para evitar que lo que puede ser sólo una probatura se convierta en emborracharse todos los meses".