Hubo durante años quejas ante asociaciones de consumidores y usuarios de distintos puntos de España; denuncias ante instituciones sanitarias..., pero ha sido la actuación de un juez de Badajoz la que ha permitido acabar con un serio peligro para la salud de las personas. Gracias a que el magistrado de la capital pacense dio el visto bueno a las investigaciones y actuaciones necesarias, la Guardia Civil ha podido desarticular una red dedicada a la venta de falsos adelgazantes, de fármacos muy peligrosos, entre ellos Kilo Killer (algo así como asesino de kilos).

En el material que los investigadores de la Sección de Consumo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil puso en manos del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Badajoz, este apreció indicios de delito "y abrió la investigación judicial y autorizó los oportunos registros y necesarias actuaciones que han posibilitado cerrar con éxito esta operación".

Así lo confirmaban ayer a EL PERIODICO responsables de prensa de la UCO, al tiempo que añadían que será este Juzgado el responsable de toda la instrucción de este causa. Esto significa que todo el material que se intervenga habrá de pasar por este Juzgado, donde también, y entre otras cuestiones, se tomará declaración a los imputados cuando así lo requiera el juez, que será asimismo quien determine qué medidas provisionales hasta el juicio se adoptan para ellos.

La ley establece que el juzgado donde por primera vez se tiene conocimiento de un hecho es el que ha de hacerse cargo de la instrucción de la causa, independientemente de que de la investigación pudieran derivarse actuaciones y detenciones en otras ciudades o comunidades, "y en este caso el primero en tener conocimiento ha sido este Juzgado de Badajoz", señaló la UCO.

La trama

Fue en el 2005, aunque antes ya operaban en España, cuando a raíz de una denuncia de la asociación Facua-Consumidores en Acción se alertaba de la venta de adelgazantes, potenciadores sexuales, relajantes o pastillas para aumentar el busto que se publicitaban como si fueran hierbas inofensivas. El caso contra Nutra Life Internacional llegaba a la Agencia Española del Medicamento, y de esta a la UCO de la Guardia Civil, que comprobaría que sus productos tenían altísimas concentraciones de hormonas, pero sin advertirlo en las etiquetas, en las que se aseguraba que eran productos naturales, y sin efectos secundarios.

Tras más de un año de investigación, "el único dato de que se disponía sobre los responsables era un apartado de correos de Badajoz que aparecía en los anuncios insertados en prensa como dirección a la que tenían que hacerse los pedidos, motivo por el que los investigadores se dirigieron al Juzgado de Badajoz", señaló ayer la UCO.

Esto ocurría a finales del 2007, y la autorización dada por el juez pacense para continuar la investigación ha permitido que en estos apenas dos meses transcurridos los agentes hayan localizado en Málaga una nave repleta de cajas de productos Nutra Life, el centro de llamadas en el que se hacían los pedidos al por menor de los clientes interesados y al presunto responsable de la venta, el británico Andrew Benson. Y a descubrir en Barcelona la firma que importaba estos productos al por mayor desde laboratorios de Francia, Alemania, Grecia, Suiza y Holanda.

La operación, en la que se ha podido determinar que esta fraudulenta empresa ha realizado más 39.000 envíos de sus productos, se ha saldado con 7 imputados (dos británicos y cinco españoles) y la incautación de 70.000 envases de 70 productos diferentes en cinco registros domiciliarios.