No precisa cirugía, no libera hormonas y puede retirarse cuando desee el usuario. Estas son algunas de las características del novedoso sistema de anticoncepción intrauterino que desarrolla el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres (CCMI). El método en el que trabajan los científicos extremeños supondrá una importante aportación al campo de los anticonceptivos, ya que los sistemas intrauterinos que existen actualmente en el mercado precisan una operación quirúrgica o la colocación permanente de un dispositivo en el útero.

Nada de esto será necesario, según apuntaron ayer desde el CCMI, cuyo objetivo es "ampliar las opciones anticonceptivas entre las que la mujer puede elegir". Francisco Sánchez, director del Area Quirúrgica del centro, sostiene que "se trata de un dispositivo diferente con pequeñas modificaciones" con respecto a los que se colocan de forma permanente y "que se aloja en la trompa del útero a través de una histeroscopia --una técnica mediante la cual se introduce el material quirúrgico a través del cuello del uterino--".

En la actualidad, señala la investigadora y colaboradora en el proyecto Idoia Díaz-Güemes, para evitar que la mujer se quede embarazada se realiza una intervención en la que se secciona la trompa uterina con la finalidad de que el espermatozoide no conecte con el óvulo. La otra forma es colocar un implante que es irreversible, es decir, no se puede extraer. Por ello, insiste, una de las características exclusivas de este nuevo dispositivo es su diseño y cobertura, ya que está envuelto en un material que permite su retirada cuando la usuaria así lo desee.

Los investigadores están ultimando el diseño y la comprobación de su utilidad se realiza sobre conejos, una especie con la que se puede trabajar más fácilmente, indica Díaz-Güemes.

COMPROBACIONES El estudio que se lleva a cabo en el centro extremeño, apunta Francisco Sánchez, servirá para comprobar si el diseño del dispositivo es útil, si la cubierta elaborada resulta efectiva y si el tratamiento es aceptado por los seres vivos. Asimismo, la investigación, que se está realizando en un total de cuarenta animales y que se prolongará durante seis meses, servirá para determinar si este nuevo anticonceptivo migra de la trompa uterina, si la ocluye correctamente y cómo reacciona la propia trompa ante un cuerpo extraño.

Además de las investigaciones en anticoncepción realizadas por el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, la institución cacereña apunta que también se están dedicando una gran cantidad de recursos a estudiar la endometriosis, es decir, el crecimiento del tejido uterino en órganos distintos al útero, una enfermedad muy común en la mujer y que afecta a casi 90 millones de mujeres en edad fértil en el mundo.

En este campo, el CCMI está estudiando un modelo animal con el objetivo de investigar el comportamiento de la enfermedad y, en un futuro, mejorar el abordaje y la solución de la patología a través de la cirugía mínimamente invasiva.