Al día siguente de implantarle el dispositivo anticonceptivo permanente Essure en 2014 llegaron los problemas: dolores, sangrados, cansancio..., y no cesaron hasta que se lo retiraron hace más de un año. Pero en esa intervención quirúrgica Marisa Peralta también perdió el útero y las trompas de falopio. «Estaba esperando una ligadura de trompas y me llamaron del SES para ofrecerme en su lugar Essure. Era una intervención ambulatoria, más fácil, con pocos riesgos y acepté».

Desde aquel primer día, Marisa lleva luchando para ayudar a las afectadas y exigir la retirada de este dispositivo intrauterino. Y ese día ya ha llegado. La farmacéutica Bayer anunció el pasado martes que dejaba de vender y distribuir el anticonceptivo Essure por «motivos estrictamente comerciales» (mantiene que la relación beneficio-riesgo es favorable) en todos los países excepto en Estados Unidos. El anuncio de Bayer llega mes y medio después de que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, dependiente del Ministerio de Sanidad, requiriera a la empresa que cesara la comercialización «al no disponer de un certificado de marcado CE en vigor».

«Estamos muy contentas, llevamos mucho tiempo pidiendo su retirada para que no haya más afectadas», señala Peralta, que coordina la Plataforma Libres de Essure en Extremadura. Actualmente forman este colectivo 95 extremeñas que han tenido problemas con este dispositivo aunque siguen saliendo casos -hay unas 2.000 extremeñas con este método, según sus datos-. «Ayer llegó otra chica». De estas, 35 mujeres ya han sido intervenidas para extraerles los muelles, además del útero en unos casos y las trompas de falopio en otros. Hay otras 18 afectadas en listas de espera para operarse y el resto está en proceso de valoración. Essure es un muelle que se implanta en las trompas de falopio de forma permanente y actúa de manera mecánica provoncando una reacción de cuerpo que poduce la oclusión de la trompa y, por tanto, la entrada de espermatozoides.

Pero la lucha no termina con la retirada de este producto, el centenar de extremeñas (y otros cientos en toda España) sigue reclamando a Sanidad que se haga responsable de los problemas generados por este sistema anticonceptivo. «Sabemos que en enero el SES dejó de implantar Essure pero queremos que nos hagan caso; las afectadas no han sido tenidas en cuenta para estudios sobre este método». Reclaman también que cuando se realice una operación para retirar este sistema se especifique que es por problemas de salud derivados de Essure, algo que no se contempla ahora: «nos obligan a decir que es por petición del paciente y además intentan realizar el menor número posible de pruebas previas a la intervención». La plataforma denuncia que los profesionales de la Sanidad les ocultan información y reclaman conocer la composición y los estudios que avalaron la comercialización de Essure.

Marisa rechazó este dispositivo porque es alérgica al níquel, su principal componente, y porque uno de los muelles se había desplazado, otro de los problemas, dicen.