La Central Nuclear de Almaraz ha sufrido este pasado fin de semana el octavo suceso notificable en lo que va de año, aunque, según señala el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), no supuso ningún riesgo para la instalación extremeña. Sin embargo, las organizaciones ecologistas Greenpeace y Adenex apuntan que "demuestra una vez vez la escasa fiabilidad de esta central y la degradación de su seguridad".

El CSN explica que el pasado sábado la Unidad II de la central cacereña estaba operando con normalidad a plena potencia cuando se produjo de una de las bombas de aceite, que a su vez provocó la parada de la turbobomba de agua de alimentación. La central bajó la carga del reactor y un día después volvió a alcanzar la máxima carga. Según el CSN el suceso "no ha tenido significación alguna para la seguridad".

Los ecologistas de Adenex y Greenpeace consideran que ha vuelto a quedar patente la peligrosidad de la central, por lo que reclaman a la Junta de Extremadura que elabore cuanto antes un plan de ahorro y eficiencia energética y desarrolle las energías renovables para que se pueda cerrar la central nuclear.