El descarrilamiento de un tren de mercancías obligó ayer a cortar al tráfico el tramo ferroviaria entre Cáceres y Plasencia --enlace obligatorio de la línea Madrid y Badajoz-- y a trasladar por carretera a los pasajeros de esta ruta al menos hasta mañana miércoles. Sobre las 13 horas de ayer, los seis últimos vagones de los 16 del convoy que viajaba de Mérida a Villaverde se salieron de la vía por causas desconocidas que está investigando el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Ocurrió en el tramo cacereño que une las estaciones de Cañaveral y Río Tajo, a 200 metros de esta última.

Los vagones iban sin carga y el único ocupante, el maquinista, resultó ileso, ya que la locomotora y las diez primeras vagonetas no sufrieron daño alguno. La caída de los seis últimos sí causó destrozos importantes en las traviesas y las vías en una longitud de 300 metros. "Los vagones de mercancías son bastantes más pesados que los de pasajeros y eso ha provocado los daños importantes", explican desde Adif, que activó dos planes de trabajo: uno con un tren taller con sistema de grúa para encarrilar los vagones desplazados y otro equipo para reparar los daños en las vías.

Fuentes de Renfe apuntan que los trabajos se alargarán hasta última hora de mañana miércoles, por lo que hasta entonces la línea permanecerá cerrada. Como alternativa, Renfe ha activado el plan de transporte por carretera entre Cáceres y Plasencia, que ayer mismo utilizaron decenas de usuarios de los seis trenes de media distancia que enlazan Extremadura con Madrid vía Cáceres, los cuales quedaron suspendidos tras el accidente. La alternativa por carretera entre Cáceres y Plasencia seguirá funcionando hasta el restablecimiento de la línea. Adif duda de que el suceso haya tenido que ver con el mantenimiento de las vías, como apuntan voces críticas, ya que "hace mucho tiempo que no se registra una incidencia así y se trata de una línea que es la columna vertebral" en Extremadura, aunque no se descarta ninguna hipótesis.