La población española se ha vuelto a reducir por quinto año consecutivo, esta vez en 17.982 personas, con lo que, a 1 de enero de 2017, el número total de habitantes era de 46,5 millones. El descenso tiene su origen, de nuevo, en la salida de extranjeros, que supera al número de españoles que ha regresado o se ha inscrito. Desde 1998, primer año del que hay datos oficiales del Padrón Continuo del INE, la población española aumentó ininterrumpidamente hasta 2012, cuando empezó a invertirse la tendencia que, un lustro después, no se ha conseguido revertir.

A lo largo del pasado año abandonaron España 68.723 extranjeros (los pertenecientes a la UE disminuyeron en 80.978 y los no comunitarios aumentaron en 12.255), mientras que se inscribieron 50.741 españoles. Además, 150.000 personas adquirieron la nacionalidad española.

LA CRISIS / Del total de ciudadanos inscritos, 41,9 millones tienen nacionalidad española y 4,5 son extranjeros, un colectivo que ya sólo representa el 9,8%. Explica el INE que, desde el 2000, el aumento de la población española se debió a la inscripción de extranjeros, cuya cifra pasó de 923.879 ese año a 5,7 millones en 2011.

Pero, como consecuencia de la crisis económica que asoló España a partir de 2008, la mayoría de ellos, ante la imposibilidad de continuar trabajando, optó por regresar a su país de origen o por emigrar a otro lugar. Y fue a partir de ese momento cuando la cifra de extranjeros comenzó a descender, produciéndose la mayor caída en 2013 con la salida de más de medio millón. Una tendencia que, aunque con menos intensidad, se ha mantenido hasta el momento. REDACCIÓN