Después de ver ´El festín de Babette´ dan ganas de irse a comer a un buen restaurante y darse otro festín. La película de Gabriel Axel (Oscar al mejor filme de habla extranjera en 1988) es una apología del buen comer, un elogio del placer, una apología de los sentidos. Con ella se abre el ciclo ´Comer y ser comido´, que ha organizado el Aula de Cine de Caja de Extremadura. Otros tres títulos completarán esta oferta gastronómica: la celebérrima ´Como agua para chocolate´, éxito de ventas como novela (de Laura Esquivel) y taquillazo en las pantallas de cine; ´Un toque de canela´, deudora de la anterior, y la renovada visión que ofreció Francis Ford Coppola del vampiro chupasangres en ´Drácula´. ´El festín de Babette´, protagonizada por Stephane Audran, está basada en un cuento de la escritora danesa Isak Dinesen y narra la historia de una joven francesa que llega a un pequeño pueblo de pescadores durante la guerra franco prusiana de 1817. Mirada con recelo por los habitantes de esta colonia durante años, un día decide agradecerles la hospitalidad ofreciéndoles un banquete.