Cuenta Deepa Metha en las notas a ´Agua´, la película que el ciclo ´Márgenes´ proyecta hoy en Cáceres, que había conservado durante diez años la imagen de una viuda, con el cuerpo arrugado por los años, el cabello blanco, andando de un lado a otro algo que se le había perdido a orillas del río Ganges, sin que nadie le hiciera caso. Esa imagen de tristeza le dio la idea para el guión que una década después se convertiría en Agua. El filme cierra una trilogía que la directora indú realizó entre 1996 y el 2005 y está ambientada en 1936, una fecha en la que era habitual que casar a las niñas, en muchos casos con hombres mayores que ellas. Y así, está es la historia de una viuda de 8 años, cuyo rodaje fue aciago, pues nada más empezar en la ciudad santa de Varanasi, estalló la oposición de los fundamentalistas, que acusaron a la directora de ir contra la religión hindú. Los decorados, según Metha, fueron destruidos, quemaron una efigie de la directora, y las manifestaciones se sucedieron en las calles de Varanasi. El rodaje fue suspendido y se desarrolló finalmente en Sri Lanka.