La evolución de IU en las tres últimas citas autonómicas marca una caída en apoyos que puede derivar en una debacle en mayo del 2007. Si en 1995 la coalición lograba su mejor resultado, con seis escaños y un 12,1% de los votos, cuatro años y una crisis después --la fuga de diputados al PSOE-- los apoyos descendieron notablemente.

En 1999, IU quedaba con tres escaños y un 6% de los votos. De hecho, el único diputado logrado por Cáceres --en Badajoz logró dos-- vino de la mano de una excepcionalidad de la ley electoral. Dicha ley marca que para entrar en el reparto de escaños un partido debe conseguir al menos el 5% de los votos. Sin embargo, en la provincia cacereña la coalición quedó en el 4,4%. Por ello se recurrió a otro apartado de la norma que apunta que si un partido no llega al 5% en una circunscripción, pero en la suma de Extremadura sí supera este porcentaje, entraría en el reparto de escaños, y eso salvó el escaño por Cáceres.

En el 2003, IU no pasó los apuros de cuatro años antes, pero se mantuvo en torno al 6% en el cómputo regional. El riesgo que corre ahora es que puede quedarse con solo un diputado por Badajoz o, incluso, desaparecer del Parlamento.