Las reválidas son injustas y crean desigualdades, estamos totalmente desconcertados». Este es el argumento de tres estudiantes cacereñas de 3º de ESO del IES El Brocense -Andrea, Naiara y Paula- que ayer decidieron no acudir a clase para apoyar la huelga convocada en todo el país contra la Ley de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) implantada ya este año en todos los cursos, y en concreto, contra las reválidas que este curso se estrenarán en 4º de la ESO y 2º de Bachillerato. «Es una barbaridad tirar el trabajo de cuatro años en solo un examen», aseguran otras estudiantes del Colegio Giner de los Ríos.

Las clases de estas jóvenes estuvieron ayer vacías como en muchos otros institutos de la región. Los datos facilitados ayer por la Consejería de Educación señalan que el 80% de los alumnos de los últimos cursos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional -en el resto de curso no está permitido- secundaron ayer la jornada de huelga. En la provincia de Cáceres el seguimiento fue del 78,4% y en Badajoz, del 82,3%.

La ausencia en las aulas se dejó notar en las calles de Cáceres, Badajoz y Mérida, principalmente, donde se celebraron diversos actos de protesta: por la mañana fueron cientos de estudiantes los que se manifestaron y por la tarde hubo concentraciones en las dos capitales a las que se sumaron padres y profesores. «La elevada participación demuestra que la ciudadanía y que la comunidad educativa muestra un rechazo total y absoluta a la Lomce y las reválidas. Espero que esto se reconduzca y sirva de algo: no sólo la lucha de la propia consejería, sino que también se escuche a la comunidad educativa y se tenga en cuenta para que, de una vez, se paralice esta ley injusta», señaló la consejera de Educación, Esther Gutiérrez.

A gritos de «educación pública», «el hijo del obrero a la universidad» o «esta ley la vamos a parar», entre otras críticas directas al PP y al PSOE, los manifestantes convocados por varios movimientos estudiantiles como el Sindicato de Estudiantes, la Asamblea Educativa o la Coordinadora Estudiantil y a la que se sumaron colectivos como Al Campus y el Consejo de Alumnos de la Uex, entre otros, recorrieron las calles, hicieron sentadas y círculos de discusión. Entre los argumentos para defender sus reivindicaciones, José González del Sindicato de Estudiantes señaló que con la nueva ley de educación está en juego que solo los hijos de los ricos puedan acceder a unos estudios de calidad: «es volver a la educación del franquismo». Desde la Asamblea Educativa, Amanda Toro afirmó que la Lomce destruye la equidad del sistema, criticó los recortes y defendió la escuela pública. «Ningún estudiante se puede quedar fuera del sistema educativo».

«Nuestro futuro debería depender únicamente de nosotros», rezaba una de las pancartas que se pudo ver en la protesta de Cáceres. En esta ciudad más de 300 jóvenes obligaron a cortar el tráfico en el recorrido desde la subdelegación del Gobierno hasta Pintores, donde la protesta continuó hasta llegar al Rectorado. En Mérida la escena y el número de manifestantes se repitió desde la plaza de España hasta la Asamblea de Extremadura; mientras en Badajoz el recorrido, durante el que se realizaron diferentes sentadas, tuvo lugar desde la Delegación a la plaza de España.

CONCENTRACIONES/ Ya por la tarde el protagonismo de los estudiantes fue compartido con padres y profesores, que mantienen las mismas reivindicaciones contra la Lomce y sus medidas más polémicas como las reválidas. Estas evaluaciones «nos retrotaen a un sistema educativo de hace 40 años cuando solo tres de cada cien alumnos que empezaban la educación Primaria llegaban a la universidad», señaló Francisco Jiménez, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Educación Pública que aglutina a diversos colectivos y sindicatos.

Jiménez explicó que lo que más preocupa ahora es la reválida de 2º de Bachillerato que cambiará la selectividad y que, con la Lomce, además deja la puerta abierta a que cada universidad pueda establecer su propia prueba de acceso. «Las reválidas las realizarán agentes externos pero no sabemos mucho más, ni cómo será ni de qué materias,... Se han filtrado borradores pero nada ha sido consensuado con nadie», criticó en la protesta de Cáceres.

A su juicio, el nuevo gobierno en minoría de Mariano Rajoy y el rechazo frontal de la oposición deberían ser suficientes para, al menos, paralizar ya las reválidas: «derogar la Lomce llevaría más tiempo pero sí se pueden derogar algunos aspectos de la ley que todavía no se han implantado».

Desde la Federación Regionalde Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de centros públicos (Freapa) esperan que el PP dé marcha atrás al menos a las reválidas. Una de sus representantes, Ascensión Pinto, señaló que «someter a los niños a cuatro reválidas -en 3º y 6º de Primaria, en 4º de ESO y en 2º de Bachillerato- a lo largo de su etapa educativa es muy fuerte», como lo es también, a su juicio, orientarles a temprana edad a decidir su futuro en la FP o la universidad.

Pinto aseguró ayer que los padres también están muy desconcertados y preocupados por las consecuencias de los cambios que introduce la Lomce: «a estas alturas del curso otros años ya están los profesores dando caña en 2º de Bachillerato para que superen la selectividad, pero este año está todo tranquilo como si no pasara nada. Se está jugando con la edudación de nuestros hijos y no podemos permitirlo».

Por su parte, el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, aprovechó la jornada para garantizar un pacto nacional por la educación: «cuando haya un gobierno, tomará las medidas necesarias» para conseguirlo, dijo.