La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha prohibido durante un mes especular a la baja con Liberbank para impedir los ataques de inversores para que la acción se desplome, decisión que ha impulsado en bolsa a la entidad, cuyo valor ha rebotado hoy un 41,18%. De este modo compensa las pérdidas de la pasada semana, que fueron del 40,61%, y eleva así el precio de la acción hasta 0,96 euros y la capitalización de la entidad a 891 millones, un 2,54% menos que a cierre de 2016. Liberbank, el banco surgido de la fusión de Cajastur, Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura, llevaba catorce sesiones sin subir, un periodo en el que había perdido casi la mitad de su valor, especialmente por los batacazos de finales de la semana pasada.

La intervención del Banco Popular y su venta inmediata por un euro al Banco Santander redobló los ataques de los inversores a la baja contra Liberbank, lo que ponía el foco sobre la entidad, inmersa en un nuevo plan de ajustes para mejorar su eficiencia. Ante esa volatilidad bursátil, el consejo de administración de Liberbank manifestó, por unanimidad, su plena confianza en la solvencia, liquidez y capacidad de atención a todos los clientes del banco y expresó su firme compromiso con la entidad y con su desarrollo futuro. Por si esto fuera poco, el consejo en el que se sientan los principales accionistas de Liberbank -las fundaciones de las cajas- reafirmó la vocación de estabilidad en el accionariado.

El consejero delegado, Manuel Menéndez, trasladó a los medios que la liquidez del banco está entre la de los mejores bancos, después de que el Banco Popular se viera abocado a su intervención precisamente por su falta de liquidez. Teniendo en cuenta todo esto y ante la ausencia de informaciones que pudieran justificar las fuertes caídas en bolsa del valor, la CNMV ha decidido actuar y poner fin a las posiciones en corto. Este tipo de operativa bursátil se traduce en que unos inversores -principalmente fondos especulativos- toman acciones de otro inversor que recibe intereses, las venden inmediatamente y una vez ha bajado el precio las recompran a un precio inferior.

Asimismo, cabe señalar que a través de esta maniobra, los especuladores ganan la diferencia entre el precio al que vendieron las acciones y el de compra, una vez descontado los intereses que pagan a quien les alquiló o cedió inicialmente los títulos.