Las malas condiciones meteorológicas unidas a los excedentes generados en la campaña pasada motivarán que este año la recolección de aceituna de mesa caiga drásticamente, hasta un 70%, según aseguró el secretario general de Coag, Juan Moreno.

El dirigente agrario estimó que la campaña se cerrará con una cosecha de entre 35.000 y 40.000 toneladas, frente a las 116.000 de la campaña anterior. Montero apuntó como primer factor la escasez de lluvias en el invierno pasado, que impidieron a los olivos tomar las reservas de agua suficientes para afrontar el verano. Aunque reconoció que en cambio el verano no ha sido demasiado caluroso, sí señaló que el otoño actual "ha arrancado con poca lluvia".

DESCENSO DE LOS PRECIOS Esto ha supuesto que los olivos estén cargados de fruto, pero que éste sea de escaso calibre y no pase los filtros de calidad para ser destinada a mesa.

Un segundo factor es que las plantas de aderezo y las cooperativas aún tienen en sus almacenes muchos excedentes del año pasado, motivados tanto por la buena cosecha como "sobre todo, por una caída de la demanda, ya que la aceituna de mesa sufre mucho cuando hay crisis, y el mercado se resiente". Esta caída de demanda ha provocado además una bajada de precios en origen, ya que se están pagando 45 céntimos por kilo, frente a los 63 céntimos del año pasado.

Por ello, mucha de la aceituna que iba a ser destinada a aderezo se desviará hacia la producción de aceite "donde los precios son aún mayores, y donde además, como la aceituna iba para mesa, que tiene un proceso de recolección mucho más costoso, sobre todo en mano de obra, las pérdidas serán aún mayores".

Por ello, Moreno aseguró que ya puede hablarse "de un año nefasto" para la aceituna de mesa, que es muy difícil que pueda ser salvado con la aceituna para almazara, porque el sobrecoste para los agricultores no será compensado con la campaña que se inicia en noviembre.