El que fuera secretario general de los socialistas chilenos, el hombre más importante de la Unidad Popular junto con el propio presidente, Salvador Allende, expuso dos caras de Chile, "la del mito nacional, de un Chile democrático, Estado de derecho, con menos presidentes militares que EEUU y donde no se mataba presidentes, de ser un país excepcional, mito en el que creía Allende". Y de una sociedad aristocrática violenta capaz de matanzas como la de Santa María de Iquique, de 3.500 mineros.