El biodiesel puede sustituir al 100% al gasóleo, aunque habitualmente se comercializa en proporción del 15% de biocarburante por litro de combustible. Su principal ventaja es que no produce emisiones de gases de efecto invernadero, ya que lo que emite de CO2 en la combustión se compensa con el CO2 que absorben los cultivos que suministran a las fábricas.

También es más económico, ya que cuenta con importantes incentivos fiscales, y, sobre todo, permite una total independencia del petróleo. De este modo, al estar la materia prima disponible en cualquier lugar, no se está a expensas de los vaivenes del mercado del crudo, en manos de un grupo reducido de países.