Convertir una vía de ancho ibérico en europeo o internacional es una tarea rápida y sencilla en comparación con toda la intensa obra que está detrás de la construcción de una línea de alta velociodad, según los técnicos de Adif. Al colocar la vía, uno de los extremos queda completamente anclado, pero el otro permite varias posiciones, lo que significa que el ancho puede modifcarse: el ibérico mide más que el internacional. El que se va a colocar en Extremadura es el primero, que se transformará en europeo cuando por fin llegue el AVE. El proceso consiste en una maquinaria que pasa por toda la vía y va estrechándola y anclándola de nuevo gracias a esa movilidad de que se dispone.