Cuando ganó el premio de composición del Concurso Internacional Ciutat de Tarragona en el 2005 con All the echoes listen , Eduardo Soutullo (Bilbao, 1968) envió a las orquestas españolas la partitura ganadora. El director de la Orquesta de Extremadura (Oex), Jesús Amigo, fue el primero que respondió. Le había gustado esta obra, que ha convertido a su autor en una de las figuras destacadas de la composición española actual, y decidió incluirla en la programación.

La pieza, en una versión adaptada a las dimensiones de la formación extremeña, se escuchará en los dos conciertos que ofrece este fin de semana la Oex en Cáceres y Badajoz, y que forman parte, además, del Festival Ibérico de Música.

No es poca cosa presentar una obra como esta, casi recién compuesta. Pero los atractivos de esta cita son más amplios. Al frente de la orquesta dirige como invitado el mexicano Carlos Miguel Prieto, una de las batutas más destacadas de su país. Y como solista, el violonchelista bilbaíno Asier Polo, una de las referencias actuales de este instrumento. El interpretará la segunda obra del programa: el concierto para violonchelo de Schuman. El cierre lo pondrá la tercera sinfonía de Beethoven, Heroica .

EXPERIENCIA Este trío de artistas vive la música con intensidad, con pasión. No imaginan ya otra vida desvinculada de la partitura, de los conciertos, de las audiciones. Eduardo Soutullo no se ha perdido ninguna de las interpretaciones de All the echoes listen , así que estará en Extremadura este fin de semana para escucharla por cuarta vez.

"Cada audición es una experiencia", afirma. Y la de la Oex lo será por la personalidad de su director. El mexicano ha trabajado en Estados Unidos "y esto le aporta un matiz diferente".

Las esperanzas que despertó en el jurado All the echoes listen se basa en el tipo de composición. Soutullo, profesor del conservatorio de Vigo, ha tenido que romper una inercia compositiva. Un tabú. Un dogma sobre cómo concebir la música después de la Segunda Guerra Mundial. Volvió a la melodía, al ritmo. "Me inscribo en una corriente que puede llamarse neomodalidad, que se encuentra lejos del serialismo. Mis obras son temáticas, y el público tiene que reconocer esos temas".

"Afortunadamente cada vez somos más compositores los que trabajamos en esta línea y el público lo agradece".

All the echoes listen , composición en un solo movimiento, que intenta recrear el fenómeno del eco por medio de la música, abre una trilogía orquestal compuesta además por But the vain (que puede escucharse el domingo a medianoche en Radio Clásica) y No escuchan nuestra intensa respuesta , que la cierra.

La interpretación de una pieza como esta es una de las líneas de trabajo de la Oex, tanto como la presencia de músicos invitados, que contribuyen a hacer crecer a la orquesta. Aunque ellos lo ven como un estímulo. Lo dicen Carlos Miguel Prieto y Asier Polo. "Es una orquesta fantástica, vitalista, llena de ganas de hacer música", afirma Prieto.

"Para mí es un honor. Yo me siento aún joven y me identifico con esta orquesta", asegura el violonchelista.

Ambos han tocado juntos en México y en Estados Unidos y han trabado una amistad y complicidad que debería plasmarse hoy y mañana, cuando se escuchen los compases del concierto para violonchelo de Schuman.

"El es un gran chelista, con una gran expresión musical", dice Prieto. "Tenemos una buena relación y Carlos es alguien que acompaña estupendamente", contesta Polo.

De una familia de músicos de hace cinco generaciones, el director mexicano (1965) empezó a estudiar violín a los cinco años. "Crecí tocando en un cuarteto de cuerda", aunque finalmente optó por la dirección de orquesta.

UNA VISITA A MEDELLIN Director de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, ha aprovechado el tiempo libre de estos días para conocer Extremadura y acercarse a Medellín, donde nació Hernán Cortés, el conquistador de México. "Mi madre es española y crecí leyendo y comprendiendo a Cortés", afirma.

Del programa que dirige en Extremadura, la Oex escogió las dos primeras piezas y él la tercera sinfonía de Beethoven. Así que el gozne entre la primera y la última será Asier Polo, que acomete un concierto "difícil de interpretar. De hecho es el último que se estudia en el conservatorio porque requiere una gran preparación".

Alejado del aire pasional y emocionante de otros conciertos para violonchelo románticos, el de Schuman "requiere que lo toques de verdad, de dentro afuera, con honestidad y una gran entrega".

Asier Polo vive la música desde niño. A los once años empezó a estudiar violonchelo. Y desde entonces ha forjado una carrera que le ha llevado a los principales escenarios del mundo. Reconoce que a veces el trajín de conciertos le lleva a no saber dónde se encuentra. De hecho este mes lo pasará fuera de casa. "Es una prueba para conocer tus límites".

Polo es expansivo. Deja al músico hiperconcentrado en el escenario y se echa unas risas en el bar del palacio de congresos de Badajoz, tras acabar el ensayo del miércoles. "Creo que el artista es artista en el escenario. Fuera somos iguales a los demás".

Ama las piezas que interpreta, pero en ocasiones se amolda a las programaciones. "Eres profesional y tienes que tocar de todo. La cuestión es que no escoges lo que tocas. También te lo piden. Pero aceptando esto te das a conocer si quieres seguir una trayectoria de concertista". Su amigo Carlos Miguel Prieto es más flexible: "Es cierto que diriges muchas cosas, pero he tocado pocas que no me interesen, aunque finalmente algo se extrae de cada pieza".