Ser un trabajador adscrito al Reass supone estar condenado a tener peores prestaciones sociales y a cobrar pensiones mucho más bajas que el resto de los asalariados. Tanto desde CCOO como desde UGT se denuncia que un agricultor que haya estado contratado por cuenta ajena cobrará de media al jubilarse 505 euros mensuales, mientras que la pensión promediada en el régimen general es casi el doble, de 957 euros.

Y la situación no mejora si de lo que hablamos es de coberturas sociales. Por ejemplo, un empleado del régimen general que vaya al paro después de haber estado cobrando un salario mensual de mil euros recibirá durante seis meses setecientos. Uno del Reass que haya percibido ese mismo sueldo, no llegará a 428 --el 75% del salario mínimo interprofesional--. Una brecha del 40% que se repite en las prestaciones por incapacidades, ya sean éstas permanentes o temporales. En el caso de que sea una trabajadora y que solicite una baja por maternidad, si está contratada en una empresa convencional , podrá disfrutar de este periodo sin dejar de cobrar estos mil euros. Una del Reass pasara a ingresar únicamente seiscientos.

Y todo esto a pesar de que son empleados que cotizan a un tipo del 11,5% sobre una base tarifada única que cada año fija el Gobierno, mientras el tipo del régimen general no llega al 5%, con lo que en ocasiones, aunque haya igualdad de salarios, el jornalero se ve obligado a realizar un esfuerzo económico mucho mayor. "En una economía que es la octava del mundo no puede haber trabajadores con niveles de protección impropios del estado del bienestar", aseguraba ayer Jesús García Zamora, de UGT.