Hoy, por tercera vez en la historia de la democracia, los presidentes de las 17 comunidades autónomas mas los presidentes de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, se reunirán con el presidente del Gobierno en el Senado para debatir cara a cara y de manera conjunta los problemas que les enfrentan, además de buscar un acuerdo en cuestiones que les afectan a todos.

Política del agua e inmigración son los temas clave de esta III Conferencia de Presidentes. Sobre el primero de ellos ya se pronunció ayer el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en la Ser. Según aseguró, de la reunión de hoy debe salir una conclusión clara: la gestión de las cuencas hidrográficas que tocan más de una comunidad autónoma debe estar en manos del Gobierno central "punto y final".

Aún resuenan en Extremadura los ecos de la polémica generada por la intención de la Junta de Andalucía de incluir en su nuevo Estatuto una cláusula arrogándose la competencia exclusiva sobre el Guadalquivir, sin tener en cuenta que la cuenca de este río también ocupa territorios no andaluces, entre ellos el extremeño.

Por ello, Ibarra afirmó que debe partirse de que "el agua es de todos los españoles", al tiempo que se incide en el mensaje de que se trata "de un bien escaso".

Con todo, criticó que regiones como Murcia hayan montado "una economía en torno a un trasvase" --el Tajo-Segura-- y añadió: "No se puede llevar el agua a donde están los campos de golf, sino los campos de golf donde está el agua".

Este será, a priori, el tema más polémico de la cumbre. Por ello se espera más tensión que en las dos anteriores. De hecho, en la primera, celebrada en octubre del 2004, la discusión fue más sosegada, ya que se trataba de definir qué se quería hacer con este foro y poco más.

La segunda, en septiembre del 2005, tampoco dio para mucha polémica. El Gobierno puso sobre la mesa 1.700 millones de euros para financiar los déficits de los sistemas sanitarios de las regiones, y el único debate fue el modo en que se iba a repartir esta cantidad, porque nadie se planteó renunciar a su parte.