El niño que perdió la vida el pasado viernes en el parque de Oliva de Mérida (Badajoz) falleció, como se creía, por una descarga eléctrica. La hipótesis más factible se ha confirmado por la autopsia, según dijo a Efe el abogado de la familia, Miguel Contreras. El menor falleció el pasado día 26 tras caerse al suelo cuando jugaba con otros menores en un parque ubicado en la calle Gamonal de la localidad, cerca de un alambre, que rodea unos setos y que pasa junto a una de las farolas que "podría tener el diferenciador averiado", según testificó uno de los electricistas que revisó la instalación.

El abogado de la familia explicó ayer que la autopsia revela que la muerte de produjo de "forma violenta" a consecuencia de una descarga eléctrica, que provocó la paralización de los músculos del corazón y los pulmones y "la muerte por asfixia".

Ahora, indicó, la Guardia Civil y la Policía deben averiguar si existe o no una responsabilidad penal, de modo que una vez que se determine, la familia decidirá si dirige una acusación contra el responsable, en caso de que haya alguno.

No obstante, afirmó que los familiares se han personado en el procedimiento abierto.