La Audiencia Provincial de Mérida confimó ayer la prisión provisional para los cuatro acusados de un delito de matrimonio ilegal (según lo definió la delegación del Gobierno en Extremadura) en el que estaba implicada una menor de 14 años. Los detenidos son la madre de la chica, el que iba a ser el futuro marido (de 21 años) y los padres de este. Así lo confirmaron anoche a Efe fuentes judiciales.

Ambas familias son de nacionalidad rumana y tanto el joven como su familia llevan nueve años viviendo en la localidad pacense de Talarrubias (unos 3.500 habitantes) dedicándose a la recogida de frutas.

Ayer se celebró la vista oral en la que se resolvía el recurso de apelación que solicitaba la puesta en libertad de los acusados. El ingreso en prisión estaba justificado en el riesgo de fuga por falta de arraigo. Uno de los abogados del caso, Raúl Montaño, que lleva la defensa del chico de 21 años y de la madre de la menor, explicó que esta última se trasladó a España desde Rumanía tras salir a la luz el caso de su hija para, supuestamente, aclararlo. pero también ha terminado en la cárcel.

Los hechos se conocieron el pasado mes de febrero y desde entonces permanecen en prisión los cuatro implicados, mientas que la menor fue trasladada al centro de acogida de la Junta en Villanueva de la Serena. Según manifiestó Montaño, la pareja se conoció en septiembre cuando la familia de él fue a Rumanía de vacaciones. En el viaje de vuelta la menor se vino con ellos. Su madre firmó un poder notarial para autorizar el viaje de su hija y la convivencia con la familia política, por lo que el abogado defiende que la relación ha sido consentida en todo momento y que ambas familias estaban de acuerdo.

50 EUROS / Pero el auto del juzgado de Herrera del Duque habla de trata de seres humanos y acusa al joven de 21 años de un delito de abusos sexuales. Además, los padres del joven dieron 50 euros a la madre, la cual tiene 13 hijos. «Se trató de un regalo para ayudarla con la carga familiar», defiende Montaño, quien también asegura que este tipo de convivencia forman parte de las costumbres de Rumanía.

Fue la asistenta social del Ayuntamiento de Talarrubias quien dio la voz de alarma cuando los padres del chico fueron a empadronar a la menor.